martes, 16 de octubre de 2018


Auto disciplina y éxito


 

Stephen Hawking




En la universidad, Stephen empezó a mostrar síntomas de esclerosis lateral amiotrófica. La enfermedad avanzaba, al cabo de algunos años quedó totalmente inmóvil, y después de una cirugía en la garganta perdió la habilidad de hablar. Sin embargo, esto no le impidió casarse 2 veces, educar a tres hijos y ser uno de los científicos más reconocidos de la actualidad.


De todos los ingredientes necesarios para el éxito—como el talento, la perseverancia, el esfuerzo y la imaginación—quizás el más importante es la disciplina. Esta no es otra cosa que la cualidad de cumplir con una tarea, sin importar si tienes o no deseos de llevarla a cabo. Sin disciplina, ahorrar, bajar de peso, dejar de fumar, hacer ejercicios—en fin, cualquier meta, por sencilla que sea—se vuelve difícil, sino imposible.
La auto-disciplina puede ser considerada como un tipo de entrenamiento selectivo, creando nuevos hábitos de pensamiento, acción y habla orientada hacia una mejora personal y el logro de objetivos.
La auto-disciplina puede ser orientada a tareas y selectiva.
Se debe observar la auto-disciplina como un esfuerzo positivo, más que uno de negación.


¿Qué es la Disciplina Personal?

                     


La disciplina es, básicamente, la capacidad de pasar a la acción, aunque no tengamos motivación.

Se trata de un recurso personal y como tal podemos desarrollarlo, al igual que cualquier otro de nuestros recursos, características o habilidades. Con una mayor disciplina tendremos la capacidad de pasar a la acción más rápidamente, con menor esfuerzo, y cada vez de forma más independiente de nuestro estado interno y de nuestra motivación.

La disciplina nos es especialmente útil en aquellos casos en que la motivación para realizar una tarea no es inmediata, sino que se consigue tras un esfuerzo sostenido a medio o largo plazo.
 

Para desarrollar esta importante cualidad en tu vida, sigue estos pasos:

1.   Establecer objetivos grandes.

Cuando te desafías a alcanzar metas más grandes de las habituales, realmente te dedicas al oficio. Mientras más tiempo inviertas en ello, más difícil será dejarlo. Una vez que hayas gastado tanto sudor, tiempo y esfuerzo en ello, si lo dejas, será en vano. Cuanto mayor sea el objetivo, más valioso se convertirá.

 2.   Establecer objetivos claros.

Define claramente lo que tu objetivo significa para ti y lo que harás específicamente para lograrlo. Si estableces un objetivo para vivir de manera más saludable, por ejemplo, ¿iras a correr todos los días? ¿A qué hora y por cuánto tiempo? ¿Comerás sano? Si no hay un objetivo claro, no hay oportunidad de crear los pasos específicos que necesitaras hacer para lograrlo.



3.   Se consciente que cada día importa.

Cuando te levantas por la mañana, ¿sabes lo que es más importante para ti lograr ese día? Cada objetivo, cada prioridad que se haya establecido tiene que hacerse: determinará si tu sueño vive o muere. Los atletas saben que, si se saltan una sola sesión de entrenamiento, ya están atrasados; saben que perderán una competencia que todavía está a tres meses de distancia si no hacen lo que dijeron que harían, si no cumplen con su plan, si no son disciplinados.

4.   No discutas con el plan.

Si quieres ser futbolista profesional, cada sesión de entrenamiento importa; no hay uno que sea menos importante que otro. Es lo mismo con todo lo demás en tu vida. Cuando comienzas el proceso, no puedes cuestionarlo, no puedes dudar, no puedes retroceder: tienes que trabajar duro todos los días para alcanzar tu sueño con toda su fuerza.

5.   Desarrolla una mentalidad inquebrantable.

Crea la mentalidad de que no importa qué, lograrás cosas cuando dijiste que lo harías. No importa qué. Tienes que crear presión para ti mismo, de lo contrario no se hará nada. Hay un buen estrés y un estrés malo, y debes asegurarte de estar operando bajo un buen estrés: mariposas en el estómago, una adrenalina manejable que te estimula.

6.   Planifica una rutina.

Crea una rutina que se convierta en una segunda naturaleza, automática, normal. Los deportistas profesionales de cualquier disciplina o deporte, por ejemplo, saben a qué horas entrenan, cuándo descansan para el almuerzo y la hora de la cena, y cuándo descansar. En el entrenamiento, saben que tienen que hacer un calentamiento, entrenamiento principal, enfriamiento y recuperación. Al seguir la misma rutina, se convierte en una segunda naturaleza: la disciplina los prepara para ganar. Planificar tu propia rutina y atenerte a ella hasta que se vuelva automática también te puede preparar para el éxito.



7.   Compromiso.

La disciplina me fue inculcada por mi padre. Cuando le preguntaba si podía comenzar clases de música, baile o fútbol, él decía: "Ten cuidado al elegir dónde pasaras tu tiempo, porque no podrás abandonarlo. Tendrás que seguir hasta el final y hacerlo bien ". Así que realmente consideré si sería capaz de comprometerme con algo durante mucho tiempo. Y cuando lo supe, cuando elegí la única cosa que quería hacer, me dieron ganas de descubrir cómo seguir mejorando, me hizo querer comprometerme.

8.   Comprender el proceso de transformación.

Tu cuerpo y tu cerebro harán todo lo posible para resistir el cambio y el crecimiento. Debes saber que es natural sentirte perezoso e indisciplinado, pero también debes saber que tienes todo el poder para combatirlo. Comienza con tus pensamientos.



9.   Ir por encima de los sentimientos.

La parte más difícil de la disciplina es mantener las acciones necesarias para lograr tu sueño o estado de felicidad. Requiere un trabajo duro, constante y lucha contra la comodidad y los placeres instantáneos. Para hacerlo, debes separarte de los sentimientos que te detienen, como la fatiga, la pereza o la autocompasión. Tienes que ir por encima de ellos, incluso si tus sentimientos te dicen que estás cansado, estresado y solo en esta lucha. La disciplina es el entrenamiento directo de una persona luchadora.

10.       Resiste la pereza mental.

Todas las personas son flojas, incluso los empresarios más exitosos, los atletas más hábiles y los actores más talentosos. Pero no es simplemente pereza, es tu energía que da la pereza mental. Cualquier movimiento requiere energía, y la mente está haciendo todo lo posible para evitar que te muevas enviando señales al cuerpo sobre lo difícil que es moverse y los pensamientos sobre lo aterrador que sería si fallaras. Pero puedes engañar a tu mente: imagina que tu cuerpo es una máquina hermosa y que lo estás operando como una fuerza superior desde arriba. Sepárate de tu cuerpo. Juega como un juego de computadora. Tu eres quien le ordena a su cuerpo realizar tareas.



11.       Encuentra placer en el trabajo duro.

Cambia tu enfoque al proceso y concéntrate en hacer el trabajo más rápido y mejor cada vez. La velocidad es importante; debes moverse rápidamente para alcanzar la perfección en un período de tiempo determinado.

Mucha gente lo abandona demasiado temprano. El éxito se basa en la persistencia y la disciplina es lo que te lleva a tu destino final: la realización de tu sueño. Cuanto más aprendes sobre tu meta y tus capacidades, es cuando empiezas a verte mejorar, los resultados te harán desear más. La superación personal es una droga increíble.  

Amo la disciplina porque es una fuente de poder. Es un motor que nos ayuda a comprender y explorar nuestras capacidades y oportunidades de vida. La disciplina no es aburrida; es la libertad de poner toda nuestra energía en crear algo significativo y bello.


Depende de nosotros elegir la vida con disciplina o sin ella, con un objetivo o sin él, con un sueño o sin él. Yo te animo a aprender y practicar la disciplina para que así logres tus más grandes sueños y objetivos en la vida.



Fraternalmente

Luis Romero Yahuachi


sábado, 13 de octubre de 2018

Templarios 13 octubre


Templarios: 13 octubre





El 13 octubre de 1307, Los Caballeros Templarios son entregados a traición a la Inquisición católica, y arrestados simultáneamente esa misma noche.
 
Historia

En 1128, luego de la aprobación de la Orden en el Concilio de Troyes, se confió a Bernardo de Claraval la redacción de una Regla, para lo cual quien luego sería proclamado santo adaptó el duro reglamento cisteriano por el cual los monjes debían pronunciar severos votos de pobreza, castidad y obediencia, al que agregó un cuarto, perpetuo y novedoso, de contribuir a la conquista y conservación de Tierra Santa, para lo cual, si fuese necesario, darían gustosos su vida.
Ello estaba en línea, no con el Cristo que pregonaba ofrecer la otra mejilla a quien ofendía sino con aquel que amenazaba con “No vine a poner paz en la tierra sino a traer la espada”. El Evangelio apócrifo de santo Tomás iría más allá: “He venido para traer a la tierra discordia, el fuego, la espada, la guerra”. Eran conceptos religiosos que no se limitaban a justificar la guerra santa siguiendo los preceptos de San Agustín acerca de la divina justicia de ciertas guerras, sino que ordenaban monjes para tomar parte activa en ella.

En la Regla de esos cruzados que aunaban lo monacal con lo guerrero, que se penitenciaban con el cilicio y se ejercitaban en el manejo de las armas, que transitaban del recogimiento de la oración a la ferocidad en la batalla, podía leerse: “Un templario avanza sin temor, no descuidando lo que pueda suceder a su derecha o a su izquierda, con el pecho cubierto por la cota de malla y el alma bien equipada con la fe. Al contar con estas dos protecciones no teme a hombre ni a demonio alguno”.  Se adoptó también una vestimenta de lino blanco, simbolizando la pureza del monje, sobre la que se exhibía la cruz patada, ensanchada en sus extremos, de color sangre como símbolo del sacrificio del guerrero.

Código templario

1. Código templario "non nobis domine, non nobis sed nomine, tuo da gloriam"
2. Los que son soldados del temple son soldados de dios. Como tales deben siempre andar con dios y ser más que simples mortales. Deben conducirse con humildad y ser los más honorables, los más nobles, los más corteses, los más honestos y los más caballerosos.
 3. El templario debe servir a la orden y no esperar ser servido por ella. Que lo que colabore lo haga en servicio de dios y no debe esperar recompensa salvo el saber que con ello honra a la orden por su devoción. El templario no debe causar a ninguna criatura herida o daño, sea esta una criatura humana u otra, sea por ganancia, placer o vanidad. Al contrario, el templario debe intentar llevar la justicia a todos aquellos que no la reciben porque todos son hijos de dios y a todos a concedido dios el don de la vida.


 4. Ante todos los seres el templario debe demostrar caballerosidad, cortesía y honestidad, teniendo presente que son testigos de dios. Un templario debe vivir cada día como un crítico del día anterior, de esta manera cada nuevo amanecer será un paso hacia una mayor nobleza. Ningún templario deberá ofender de forma alguna a una persona u otro ser. Para todo el templario debe ser un ejemplo de caballerosidad.
5. Ninguna mujer deberá temer nada de un templario, ni de sus palabras ni de sus acciones. Ningún niño deberá padecer tampoco ese temor. Ningún hombre, no importa cuán rudo sea, deberá temer a un templario. Donde hay debilidad allí el templario debe llevar su fuerza. Donde no hay voz allí el templario debe llevar la suya. Donde están los más pobres allí el templario debe distribuir su generosidad.
6. Un soldado del temple no puede estar esclavizado por creencias sectarias u opiniones estrechas. Dios es la verdad y sin dios no hay verdad. El templario debe siempre buscar la verdad porque en la verdad está dios. Jamás un templario debe deshonrar a otro, porque dicha conducta le deshonrará a él y llevará descrédito a la orden.
7. En su conducta el templario:
* no debe ser brutal.
* no debe emborracharse en forma ofensiva.
* no debe ser ni inmoral ni amoral.
* no debe ser cobarde ni bestial.
* no debe mentir ni tener intenciones maliciosas.
* no debe buscar posiciones de engrandecimiento dentro de la orden. Se contentará con aquellos puestos que le sean encomendados para mejor servirla. * no debe juzgar a nadie dentro o fuera de la orden por sus posesiones o su posición social. Antes, al contrario, debe juzgar por el carácter y la bondad o falta de ellos.

 

Fin de los templarios

"¡No me siento capaz de soportar ni un momento más esta amarga prueba... ¡Díganme de lo que van a acusarme, señores comisarios, que estoy dispuesto a confesarme autor de la muerte del mismo Jesucristo!"
La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo (en latín, Pauperes commilitones Christi Templique Solomonici), comúnmente conocida como los Caballeros Templarios o la Orden del Temple (en francés, Ordre du Temple o Templiers) fue una de las más famosas órdenes militares cristianas. Esta organización se mantuvo activa durante poco menos de dos siglos.
Fue fundada en 1118 o 1119 por nueve caballeros franceses liderados por Hugo de Payens tras la Primera Cruzada. Su propósito original era proteger las vidas de los cristianos que peregrinaron a Jerusalén tras su conquista. Fueron reconocidos por el Patriarca Latino de Jerusalén, Garmond de Picquigny, el cual les dio como regla la de los canónigos agustinos del Santo Sepulcro.

Aprobada de manera oficial por la Iglesia católica en 1129 durante el Concilio de Troyes (celebrado en la Catedral de Troyes), la Orden del Temple creció rápidamente en tamaño y poder. Los Caballeros Templarios empleaban como distintivo un manto blanco con una cruz roja dibujada. Los miembros de la Orden del Temple se encontraban entre las unidades militares mejor entrenadas que participaron en las Cruzadas. Los miembros no combatientes de la orden gestionaron una compleja estructura económica a lo largo del mundo cristiano, creando nuevas técnicas financieras que constituyen una forma primitiva del moderno banco, y edificando una serie de fortificaciones por todo el Mediterráneo y Tierra Santa.
Los Templarios eran el ejército del Papa y significaban un importante centro de poder por su fuerza militar, su dominio estratégico en Europa, especialmente en Francia, y sobre todo por sus enormes riquezas, lo que les convierte en el sistema bancario más importante del mundo. Por eso un rey empeñado en afirmar su autoridad absoluta tenía que terminar con la Orden del Temple, y no por ejemplo con la del Hospital, que se comportaba y organizaba de un modo completamente distinto.

 Papa Clemente V

Los "sepultureros" de los Caballeros del Temple fueron el Rey de Francia, Felipe IV "el Hermoso", el Papa Clemente V y los dominicos, orden muy experta en estas jugadas. La tónica del monarca francés fue un intento de absolutismo, para lo que le estorbaban los Templarios por su exención jurisdiccional y su poderío económico, que humillaba a un soberano lleno de deudas.
 
Felipe IV de Francia, "El hermoso"

Hasta el momento del proceso sólo se les achacaba su orgullo, vicio censurado hasta por los pontífices romanos que en la persona de Nicolás IV quiso unirlos a los Hospitalarios "para moderar su soberbia". Felipe IV se aprovechó de esta decantada actitud y pidió al Papado que los humillara, diciéndole que no convenía al pontificado una Orden sin control, por su excesivo poder y el peligro de una rebelión. Quién mejor ayudó al monarca fue Esquino Floriano, delincuente habitual que decía haber sido confidente de un templario en las mazmorras de Tolosa y que se proclamaba conocedor de los vicios de la Orden. Otros dicen que era un templario expulsado, sin que hayan trascendido los motivos. El caso es que el rey acogió con agrado aquel costal de infundios que, vertidos en los dóciles oídos de Clemente V, consiguieron que ordenase una inquisición contra los Caballeros del Temple. Floriano aseguraba que al ingresar en la Orden sus miembros renegaban del Salvador, pisoteando y escupiendo la cruz. Que en compensación de su celibato se les permitía la sodomía, pecado que los maestres absolvían. Que adoraban ídolos y que sus sacerdotes omitían intencionadamente en la misa las palabras de la consagración, etc.

Los intentos del francés comenzaron en Lyon, en 1305, con motivo de la coronación del arzobispo de Burdeos, Beltrán de Got, que pasaría a llamarse Clemente V. El nuevo Papa no dio importancia al asunto, preocupado por el problema de Palestina, ocupada por los árabes, para cuya solución necesitaba de los Templarios. En 1307, Jacobo de Molay, último maestre del Temple, secundando los deseos papales de Cruzada, llegó a Francia para reclutar tropas y abastecerse de vituallas. A su paso por el país escuchó las calumnias propaladas contra su Orden y acudió ante el Papa solicitando un examen formal para comprobar la falsedad de tan burdas calumnias. Accedió Clemente V a sus deseos y así se lo comunicó al monarca francés por carta del 24 de agosto de 1307. Felipe IV, dispuesto a apoderarse de los bienes del Temple, y aconsejado por su ministro Guillermo de Nogaret, decidió adelantarse. El 12 de octubre de 1307, a la salida de los funerales de la condesa de Valois, el maestre Molay y su séquito fueron arrestados y encarcelados, lo mismo que todos los Templarios franceses, y confiscados sus bienes bajo pretexto de la inquisición.
 
Jacobo de Molay

Para mitigar el escándalo y consternación que produjo el hecho, el Rey publicó un manifiesto redactado por Nogaret en el que se recogían todas las injurias, ignominias y abominaciones imaginables contra la Orden, involucrando al Papa en el acto. Cuando éste se enteró de la detención y del proceso, reprendió al monarca y envió dos cardenales, Berenguer de Frédol y Esteban de Suisy, para reclamar las personas y bienes de los encausados. Los purpurados, que debían sus cargos al monarca francés, consiguieron convencer a Clemente V de la buena fe real y enconar su ánimo contra los procesados. Felipe IV consiguió la facultad de juzgar a los miembros franceses de la Orden del Temple y administrar sus bienes. Por medio de la tortura, la Inquisición obtuvo las declaraciones que deseaba, pero estas confesiones fueron revocadas por los acusados en la hora de su muerte en el suplicio, lo cual echa por tierra su probatoriedad. Sin embargo, las confesiones obtenidas convencieron al venal Clemente V, quién ordenó un proceso en todo el mundo. Sin embargo, se alzaron tantas voces de protesta, que el pontífice, por la bula Faciens misericordiam, del 12 de agosto de 1308, mandó formar comisiones diocesanas en toda la Cristiandad presididas por el obispo, dos canónigos y dos parejas de dominicos y franciscanos, para escuchar a los Templarios que desearan defender su Orden.

Las comparecencias debían dar comienzo el 12 de abril de 1309, en París, aunque tardaron varios meses en comenzar, hasta el 22 de noviembre de ese mismo año. La ausencia de torturas y un encarcelamiento más propio de religiosos, provocó que una tras otra todas las acusaciones fueran desmentidas por los caballeros sometidos a interrogatorio, pues las retracciones nacían de la reflexión y no del miedo, lo que comenzó a poner a las gentes a su favor. Pero Felipe IV y sus compinches no podían permitir esa situación, por eso recurrieron a todas sus influencias, para que se organizase con la mayor urgencia un concilio ecuménico de Sens. Lo consiguieron en cinco meses, y fue anunciado por el Papa en la bula Regnan in coelis, la celebración de un concilio en Sens, donde se trataría el problema de los Templarios.

Se inició en abril de 1310, pero días más tarde empezaron a ser llevados a la hoguera cincuenta y cuatro templarios en las proximidades del convento de Saint-Antoine, por orden del monarca de Francia. Los inocentes fueron llevados a la muerte más atroz sobre unas pilas de leños, elegidos para que ardieran lentamente. De esta forma el suplicio resultó más inhumano. Testigos de este crimen múltiple dejaron escrito que las víctimas murieron proclamando su inocencia, reconociendo la injusticia que se cometía con su Orden y, por último, se pusieron en manos de Dios.
 
Templarios en la hoguera
Además, siguieron quemándose a templarios por distintos puntos de Francia, sin esperar a que se dictaran sentencias definitivas. Unas veces eran los obispos los que firmaban las órdenes, y otras el inquisidor general Guillermo de París, fiel servidor de Felipe el Hermoso. ¿Por qué se dejaron apresar los miembros de la más formidable fuerza militar del mundo occidental? Una de las razones fue sin duda la avanzada edad de la mayoría de los Templarios que vivían en Francia. Después de servir un tiempo en Oriente, muchos habían regresado a Europa para ocupar puestos en la administración. Los caballeros más jóvenes habían sido enviados a Chipre, y en 1307, más del setenta por ciento de la fuerza templaria había sido reclutada en los últimos siete años. En Chipre se preparaban para la acción militar: habían peleado con los sarracenos por Tortosa y esperaban una invasión de la isla por parte de los mamelucos.

En el Concilio de Vienne, entre el 16 de octubre de 1311, y el 3 de abril de 1312 el Papa anunció la supresión del Temple. Los teólogos del concilio eran casi todos franciscanos y dominicos, y ambas órdenes se distinguían por su animosidad y envidia contra los acusados. Antes, los secuaces del rey francés habían recurrido de nuevo a las torturas y nuevamente afloraron las confesiones de adoración demoníaca, prácticas sodomitas y de otros pecados demenciales. La pantomima se había preparado meticulosamente, con ensayo previo incluido y no parecía que nada pudiera fallar a la hora de llevarse a cabo ante el público. Sin embargo, los primeros acusados que se presentaron ante el tribunal defendieron al Temple y amenazaron con poseer un ejército de dos mil Templarios escondido y listo para liberarles, pero ningún ataque se produjo, y por ello los siguientes meses, como nadie se ponía de acuerdo para escoger a los defensores de los Templarios (Jacobo de Molay renunció a ello por ser analfabeto) se parecieron más al teatro que deseaban los detractores de la Orden. A puerta cerrada, los "actores" representaban los papeles que se les habían asignado, sin despertar ninguna emoción. La bula de supresión, Vox in excelso, se firmó el 22 de marzo y se leyó el 3 de abril públicamente.

Por la bula Ad providam, el 2 de mayo de 1312, Clemente V otorgó los bienes de la extinta orden a los caballeros de San Juan de Jerusalén, es decir los Hospitalarios, pero no pudo evitar la depredación por parte de Felipe el Hermoso, quien no sólo no devolvió el dinero que debía al Temple, alegando que cánones prohibían pagar deudas a los herejes, sino que se presentó cínicamente como acreedor de grandes sumas, por lo que los Sanjuanistas hubieron de entregarle 200.000 libras tornesas. El día 6 de ese mes, el Papa dictó bulas para que los "reconciliados y arrepentidos" serían confinados en monasterios y condenados a cadena perpetua. A los cuatro máximos dirigentes del Temple se les reservaba otro juicio más severo, que se celebró el 18 de marzo de 1314.

En esa fecha, fueron colocados Jacobo de Molay (maestre) Godofredo de Charney (maestre en Normandía), Hugo de Peraud (visitador de Francia) y Godofredo de Goneville (maestre de Aquitania) encima de un patíbulo alzado delante de Notre-Dame, donde se les comunicó la pena de cadena perpetua. Pero cuando estaba dando comienzo la ceremonia, y mientras los delegados pontificios leían los crímenes y herejías, los máximos representantes de la Orden, los cuales ya llevaban siete años en prisión, se adelantaron para dirigirse abiertamente a las gentes de París, y fue Jacobo de Molay el que exclamó: "¡Nos consideramos culpables, pero no de los delitos que se nos imputan, sino de nuestra cobardía al haber cometido la infamia de traicionar al Temple por salvar nuestras miserables vidas!"

Así habló el último maestre del Temple, con voz alta y firme, ante los cardenales, frente a los representantes del rey y delante de las gentes. Los "arrepentidos" habían dado un vuelco total a la situación. Todo París no hablaba de otra cosa y se había provocado un escándalo que no podía ser tolerado. Incluso se temió el estallido de un motín.


Aquel mismo día, con la puesta de sol, se alzó una enorme pira en un islote del Sena, denominado Isla de los Judíos, donde los cuatro dirigentes fueron llevados a la hoguera. Según se cuenta, antes de ser consumido por las llamas, Jacobo de Molay convocó al Rey y al Papa ante el tribunal de Dios para antes de que transcurriera un año, con las palabras "Dios conoce que se nos ha traído al umbral de la muerte con gran injusticia. No tardará en venir una inmensa calamidad para aquellos que nos han condenado sin respetar la auténtica justicia. Dios se encargará de tomar represalias por nuestra muerte. Yo pereceré con esta seguridad".
113 caballeros templarios habían sido ya asesinados en la hoguera por los hombres de Felipe. Aquel era el último que quedaba en Francia.
El último Maestre, antes de morir en la hoguera, convoca a Felipe IV y a Clemente V al juicio de Dios: «¡Pagarás por la sangre de los inocentes, Felipe, rey blasfemo! ¡Y tú, Clemente, traidor a tu Iglesia! ¡Dios vengará nuestra muerte, y ambos estaréis muertos antes de un año!», proclamó antes de morir

Casualidad o no, la verdad es que antes de un año, tal y como aseguró el maestre templario antes de morir, fallecieron tanto Felipe IV como Clemente V. El primero que falleció fue el Papa, a los 37 días. Ya estaba enfermo, pero una noche fue presa de "un dolor insufrible que le mordía el vientre". Sus galenos comunicaron que había muerto "a merced de unos horribles sufrimientos". El rey francés murió el 29 de noviembre, al chocar con la rama de un árbol mientras montaba a caballo por el bosque de Fontainebleau. El golpe fue tan grave que el monarca pereció de una parálisis general, con gran padecimiento hasta su minuto final. ¿Se había cumplido la amenaza de De Molay? Lo cierto es que de esta forma, los Templarios salieron de la Historia y entraron en la Leyenda.
Desde el punto de vista de las acusaciones y los procesos montados contra ellos por los consejeros del rey de Francia, los Templarios son completamente inocentes. Los procesos son nulos de pleno derecho, alevosamente parciales, incluso aquellos que prescindieron de la tortura. Pero históricamente, la degradación sufrida por su adicción al dinero, al poder y a la política, los condena irremediablemente como culpables. No por haber traicionado a la Iglesia o a la Monarquía, sino por haberse traicionado a ellos mismos, a sus ideales y a sus orígenes.


Fraternalmente
Luis Romero Yahuachi



miércoles, 3 de octubre de 2018


Esclavitud Mental

"El mayor enemigo al que debe hacer frente es a ti mismo . Si no hay enemigos internos, externos son inofensivos " - Les Brown 

Estas limitaciones hacen que muchos de sufrir el síndrome del bebé elefante . La historia cuenta cómo los elefantes son entrenados . Cuando un elefante está viviendo en cautiverio , un bebé , que está atado a un árbol por una cadena . El elefante se trata de romper con la corriente, pero no lo suficientemente fuerte para esto. Se trata de miles de veces para darse cuenta de que esto no funciona, entonces se da el resto de su vida . Entonces , cuando el elefante crece , tiene la fuerza para romper las cadenas y ser libre . Sin embargo , las experiencias pasadas han hecho creer que la liberación es imposible. Esta poderosa animales no confía más en sus habilidades, porque del pasado .

La mente es una fuerza poderosa . Puede esclavizarnos o darnos poder . Se uede jugar en los misterios profundos o éxtasis. Aprender a utilizar con prudencia " - David Cushchieri Los seres humanos son como los elefantes , excepto por una cosa: podemos elegir no aceptar los falsos límites impuestos por otros en el pasado .
Aquí , siete consejos para romper las cadenas que te mantienen pegado :
1 - Cree en ti mismo Tienes que creer en ti mismo . Siempre pensar y soñar en grande. Concéntrese en sus puntos fuertes y trabajar para desarrollar sus fracasos . No te compares con los demás y no permita que las circunstancias puedan dictar lo que puede lograr.
2. Trabaja duro. Hacer lo que puede hacer. No pierda el tiempo sintiendo lástima por sí mismo . Asumir la responsabilidad de dónde se encuentre. Deja de sentir que se le debe . En la vida , no hay folletos. Si quieres algo , se lo debes a ti mismo para salir y conseguirlo . Nada que valga la pena es fácil.
3. Sea positivo Convertir lo negativo en positivo y que sea una experiencia de crecimiento . No buscar la opinión de los demás sobre usted o tomar las cosas personalmente . No alimentar las emociones tóxicas . Esto sólo le puso de nuevo . Permitir añadir más leña al fuego. Consulte a su futuro y mantener la concentración.
" Al salir de la puerta hacia la puerta que conduciría a mi libertad . Yo sabía que si no salía de mi amargura y el odio atrás, todavía estaría en la cárcel . " ~ Nelson Mandela
4. Nunca se rinden Tenga confianza. Pregunta lo que quieras . Proponer a su corazón y luchar por sus sueños. Con qué frecuencia va a tratar antes de decidirse a renunciar? Debe proteger sus sueños. Trato todas las puertas hasta el agotamiento . Aún así, no se rinda. Dado que no hay voluntad, siempre hay un camino y estoy decidido a encontrarlo.
" Sólo tienes tres opciones en la vida : darse por vencido, insiste o dar todo lo que tienes " - autor desconocido 

5. Sea paciente Para todo hay un tiempo y un lugar . El tiempo de espera puede ser difícil, pero es importante que la duda y el miedo de no molestar . No importa el tamaño de talento o esfuerzo, algunas cosas toman . " No se puede tener un bebé en un mes juntando nueve mujeres " - Warren Buffett .
6. Tener una fuerte red de apoyo No se puede hacer por sí solo . Algunos días serán demasiado para usted y se necesita ayuda. " Rodéate de personas visionarias y emprendedoras , optimistas y realistas , pero , sobre todo, es el lado de los que ven la grandeza dentro de ti , " Edmund Lee
7. Tenga fe en que las cosas saldrán bien . Algunas cosas están fuera de su control. Confío en que Dios me llevará a través de los momentos difíciles y esto me da la paz , incluso cuando las cosas no salen a mi manera.
“La fe es como un radar que ve a través de la niebla” - Corrie Ten Boom
La etapa más triste que una persona puede obtener es la esclavitud mental . Han abandonado . Todos los días me asesorar a las personas y queremos que crean , pero no puedo. Tendrán que quitar las esposas a sí mismos . Esta es tu vida ! No deje que otras personas escribir su historia. Hacerse cargo de la pluma y escribir un gran final!
Nadie puede destruir el hierro se oxidan allá de sí misma . Del mismo modo que nadie puede destruir al otro más que a sí mismo " - , Ratan Tata

 

Los “Diez Mandamientos”,revelada en el Monte Sinaí. Toda la conciencia humana estuvo presente para recibir las leyes cósmicas que gobernarían nuestra vida desde ese día hasta el fin de los tiempos. Ya sea que estemos conscientes de ello o no, esa revelación cósmica existe dentro de todos nosotros en lo profundo de nuestra conciencia y en nuestro ADN espiritual. Está grabada en nuestra alma.
Es algo de lo que nadie puede escapar ni esconderse.
Por lo tanto, estas leyes cósmicas nos rigen nos guste o no, o estemos conscientes de ello o no.
El primero de esos Diez Mandamientos es una declaración por parte del Creador en la cual dice: “Yo soy el Eterno tu Dios, quien te saco de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre”.
El Zóhar dice que el secreto de lo que se menciona aquí como esclavitud es, por supuesto, la atadura de nuestra propia alma dentro de nuestro cuerpo en este mundo.



¿Por qué esto es importante?

Si no entendemos al menos algunos de los principios que el Zóhar revela, es probable que para nosotros la vida no tenga sentido. Será difícil y casi imposible alcanzar la felicidad verdadera y crecer hasta alcanzar todo nuestro potencial.

Uno de los puntos clave del primer Mandamiento y el concepto de esclavitud del cual habla el Zóhar es cómo nos relacionamos entre nosotros. Nosotros somos esclavos.

Una de nuestras mayores formas de esclavitud es ser esclavos de otras personas. Ser un esclavo de la opinión de los demás. Ser esclavo de las expectativas que otras personas tienen de nosotros. Ser esclavo de los miedos y la preocupación. Ser esclavo del amor de otras personas. Ser esclavo de los sentimientos de culpa. Ser esclavo de nuestro pasado. Ser esclavo de nuestro entorno. Ser esclavo de nuestros placeres físicos y de los aspectos materiales de este mundo.

No es coincidencia que el segundo Mandamiento sea: “No tendrás dioses ajenos delante de Mí”.

¿Cuál es la conexión?
En el momento en el que aceptamos ser esclavos de alguien o de algo, como por ejemplo: de una emoción, en ese momento detenemos nuestro proceso. Entregamos nuestro poder a ese alguien o ese algo y permitimos que nos controle.

La ira es un buen ejemplo. La ira toma el mando y nosotros perdemos el control. El Zóhar dice que la ira es una de las peores formas de idolatría.

Por ello, lo que la Torá y los kabbalistas intentaban decirnos es que todo está conectado. El momento en el que accedemos (lo cual es una decisión que hacemos consciente o inconscientemente) y escogemos ser subyugados por otro poder, es como si recibiéramos nuestro sustento de esa fuente. Esa “persona” nos alimenta, no el Creador.

¿Cuál es el resultado? Nos sentimos infelices y vacíos, limitados y desconectados. Incluso si a corto plazo lo disfrutamos.

En algún momento tenemos que darnos cuenta de que nuestro trabajo en la vida es realmente sólo con el Creador, la fuente. Ese es nuestro único trabajo. Pero cometemos el error de dar mucho énfasis, energía e importancia a lo exterior: lo que otra persona dijo, cómo es posible que esa persona haya hecho esto… Desafortunadamente juzgamos la ilusión y perdemos toda nuestra energía. Gastamos demasiado tiempo pensando una y otra vez las cosas en lugar de llevar a cabo las acciones necesarias para seguir adelante.
Es como levantarse de la cama en la mañana cuando suena el despertador. La acción a realizar debería ser levantarse rápidamente. 

Todo es un tipo de esclavitud que escogemos, y toda nuestra esclavitud está conectada. 

Nuestra esclavitud a los miembros de nuestra familia, a nuestros amigos y socios de negocios, todos están conectados unos con otros. La forma más evidente de esclavitud es nuestras propias reacciones ante la vida. Obviamente, si estuviéramos en control de nosotros mismos y fuéramos los regentes de nuestro ser, nunca reaccionaríamos. Pero lamentablemente, en la mayoría de los casos carecemos de la fortaleza o la sabiduría para no ser robots esclavos.

El objetivo en recordar esto al menos una vez cada día es ayudarnos a reactivar ese microchip en nuestra conciencia y comenzar a tomar decisiones conscientes en nuestras interacciones de la vida diaria.

Esa certeza es una de las herramientas más poderosas en nuestra batalla personal contra las fuerzas oscuras que intentan mantenernos en la esclavitud.

Pero debemos recordar algo: si en realidad queremos ser personas libres (libres de las cadenas y limitaciones de este mundo y de otras personas) verdaderamente necesitamos desear estar sujetos al servicio de la Luz. Al servir a otras personas, estamos sirviendo al Creador.

https://www.bebee.com/producer/@brigette-hyacinth/7-consejos-para-que-seas-libre-de-la-esclavitud-mental
https://es.kabbalah.com/escapar-de-la-esclavitud-mental
Fraternalmente
Luis Romero Yahuachi
blary33@gmail.com

martes, 2 de octubre de 2018

GranD Velázquez: SOLDADOS DE DIOS

GranD Velázquez: SOLDADOS DE DIOS: RESCATANDO HASTA EL ULTIMO HOMBRE Uno más, ayúdame con uno más Repetía una y otra vez Desmond Doss en su encrucijada por salvar vi...