sábado, 17 de noviembre de 2012

REJUVENECER



 
Este poderoso sonido actúa activando y estimulando la gandula hipófisis haciendo que esta sintetice y segregue la hormona somatotropina, también llamada hormona del crecimiento.

La sincronización  adecuada  de las ondas cerebrales pone a funcionar el correcto funcionamiento glandular y en consecuencia produce un beneficio general para todo el organismo.

Las ventajas del uso de este sonido son:

  1. Mayor performance cardíaca.
  2. Presión sanguínea normalizada.
  3. Función inmune superior.
  4. Mayor performance sexual.
  5. Niveles de colesterol mejorados.
  6. Grasa corporal disminuida.
  7. Mayores niveles de energía.
  8. Performance física mejorada.
  9. Huesos fortalecidos.
  10. Crecimiento del cabello.
  11. Piel más joven y firme.
  12. Eliminación de arrugas.
  13. Masa muscular incrementada.
  14. Regeneración de los órganos más importantes que se encogen con la edad.
  15. Crecimiento de Tejidos y huesos en personas Jóvenes.


La hormona del crecimiento está presente en gran cantidad en el torrente sanguíneo de los niños y jóvenes, esta hormona no solamente sirve para el crecimiento, sino que también sirve para la regeneración rápida de tejidos, para tener un metabolismo lo suficientemente rápido para quemar las calorías extra y no engordar, etc.


Luego de pasar la edad de 30 años aproximadamente, la segregación de esta hormona disminuye dramáticamente y es en ese momento donde comienza el envejecimiento y las dificultades para mantener nuestro peso bajo.

La hormona del crecimiento es segregada en altas cantidades solo en la noche, cuando dormimos, el inhibidor principal de esta hormona es la insulina, o sea que la insulina es la principal responsable de anular los efectos positivos de la hormona del crecimiento.

Cuando comemos, el páncreas, segrega insulina, no importa si comemos poco o mucho, si lo que comemos tiene pocas o muchas calorías, nada de eso importa, ya que una muy pequeña cantidad de insulina es suficiente para anular completamente los efectos positivos de la hormona del crecimiento.

Por este motivo, usted no puede comer absolutamente nada antes de ir a dormir, lo ideal son seis horas de ayuno antes de acostarse, usted debe acostarse con el estomago vacío y hasta que su cuerpo no se acostumbre digamos que debe acostarse con hambre. La sensación de hambre desaparece luego de pocos días de que usted comience con esta rutina la cual es remplazada por una agradable sensación de salud, potencia y gran energía física.

Por este motivo es muy importante que usted deje de cenar, cenar envejece, engorda y envenena al cuerpo.

La única cosa que usted puede comer o mejor dicho beber antes de dormir, es agua pura sin gas. El resto del día usted puede alimentarse como lo desee, pero si se alimenta bien con comidas saludables y sin exagerar, será mejor para su salud y los efectos anti-edad y de adelgazamiento serán mucho más poderosos.

Durante ese periodo donde usted se encuentra e ayunando para ir a dormir, puede escuchar este sonido que ayudara a su cerebro a dar las ordenes para la segregación de hormona del crecimiento, usted debe organizarse y utilizar este sonido al menos dos días a la semana durante el tiempo que usted estime conveniente.

También puede dejar de utilizarlo y seguir con la disciplina de no cenar y luego más adelante puede utilizarlo nuevamente.

FRATERNALMENTE
LUIS ROMERO YAHUACHI

sábado, 3 de noviembre de 2012

MUJERES INFIELES



LAS MUJERES SON TAN INFIELES COMO LOS HOMBRES
PERO NO LO DICEN
"Los hombres de hoy se pasan de sensibles"
Los hombres son infieles por naturaleza, “siempre están pensando en sexo”, “son más simples que el mecanismo de un juguete”…
Pues no, no y no: aunque todas ellas sean nociones popularmente compartidas por gran parte de la sociedad (y no únicamente mujeres), ni los hombres son infieles por naturaleza, ni únicamente se preocupan por el sexo, ni lo único que desean en una mujer es el crudo encuentro sexual. Con el objetivo de desmontar toda esta falsa mitología, el profesor y psicoterapeuta José Bustamante Bellmunt ha escrito ¿En qué piensan las mujeres? (Paidós), con el que se propone echar una mano a esas mujeres (y hombres) despistados que siguen creyendo en los viejos mitos de la sexualidad masculina y que, afirma a El Confidencial, tan perjudiciales han resultado para la vida sexual de muchas parejas.
“Muchos de estos mitos se han ido destapando en la medida en que las mujeres, tras la revolución sexual, han cambiado su forma de vivir la sexualidad, y han puesto de manifiesto que esas grandes verdades que estaban ahí no eran tales”, señala el autor, que en su consulta ha tratado con problemas sexuales de muy diferente índole y que, indica, cada vez afectan más a los hombres.

“Por eso he escrito este libro. Antes los problemas sexuales eran femeninos: anorgasmia, falta de deseo, vaginismo… Y ahora el porcentaje de hombres que vienen es mucho mayor. Hay algunos que se quejan de temas de disfunción eréctil o de cosas que antes no existían como la falta de deseo o la imposibilidad de llegar al orgasmo”. Pero ¿qué ha ocurrido para llegar a este punto? ¿Es que antes los hombres no tenían esas dificultades? En realidad, sí los tenían, pero la realidad tardaba en imponerse: “Muchos hombres se enteran de la falta de deseo cuando les ocurre a ellos, en el momento en que su pareja les demanda relaciones y ellos no están por la labor”. Entonces, aparecen los problemas.
EL HOMBRE CONFUNDIDO ANTE LA NUEVA MUJER
Una de las claves que Bustamante proporciona es que la redefinición del rol masculino durante las últimas décadas ha provocado reacciones muy diferentes entre el género masculino, al no haber un modelo claro como sí existió en décadas anteriores: de los que no han sabido amoldarse (“anclados en el antiguo modelo de machistas caducos, y que esto les ha pillado a contrapié”) a los que sí han conseguido responder a la demanda femenina de hombres más sensibles o los que “se han pasado de frenada” y “se han feminizado en exceso”. En estos últimos, Bustamante ve uno de los problemas de la sexualidad contemporánea: “Se han olvidado todas las virtudes que el hombre tenía frente a la mujer: por ejemplo, la seguridad en sí mismos (algo de cuya ausencia cada vez más mujeres se quejan) y la capacidad de simplificar las cosas en las relaciones de pareja y no darle vueltas a todos los comportamientos”. Un modelo del que las propias mujeres se quejan de sus compañeros de cama.
Esta redefinición del hombre ha surgido, entre otros factores, porque la mujer ahora es más exigente y, por lo tanto, le ha planteado nuevos retos que ahora debe ser capaz de afrontar.
 “Antes muchos problemas sexuales no afloraban porque no tenían sparring: había hombres que sabían que tenían problemas de eyaculación, pero como su pareja era más retraída, no había ningún problema. Ahora los problemas surgen cuando la pareja pide otra cosa o cuando se encuentra con otras parejas. Por bien que tú hagas las cosas, si tu pareja no se acomoda, esto generará un conflicto”.
Así pues, ¿tampoco es verdad que los hombres sean infieles por naturaleza, como se ha asegurado muchas veces? “La diferencia es que los hombres somos más bocazas, necesitamos contarlo al grupo de amigos, aunque es verdad que ya hay chicos que afean la conducta de sus amigos cuando hay una infidelidad, pero no todo el mundo. Sigue habiendo quien habla bien de lo ligón que se es, como una medalla social. Quizá en otro tiempo era cierto que los hombres fuesen más infieles: los prostíbulos estaban ahí, y hay mucha gente en la consulta que me encuentro que separa la prostitución de la infidelidad”. Pero Bustamante señala que “la naturaleza masculina no nos empuja a ello. Hoy en día, los porcentajes son similares, pero igual que nosotros lo contamos y alardeamos, ellas no lo hacen, salvo alguna amiga concreta y poco más”.

LOS CHICOS MALOS TRIUNFAN

Los varones también sufren en la cama, tienen miedo, se sienten inseguros y piensan que pueden fracasar. Y por ello, asegura Bustamante, comienzan gran parte de los problemas sexuales, en cuanto que “se consideraba que el hombre debe tener siempre deseo, estar dispuesto y ser un buen amante, porque los hombres se identificaban por su virilidad, y su autoestima dependía de eso”. Por eso aparecen un gran número de tabúes que, pasan, por ejemplo, en que cueste “admitir un fallo, que no les va bien en la cama, que han tenido un gatillazo, que no pueden mantener una erección o que su pene no es del tamaño deseado”.
A este panorama que hay que añadir una de las grandes verdades universales, como es que el malo triunfe entre las mujeres, algo que (lamentablemente) sigue siendo así, señala Bustamante. “En los institutos los chavales se quejan porque intentan ser sensibles y sacar buenas notas y terminan viendo que los macarras son los que se llevan a todas”. Algo que, indica el psicoterapeuta, es “totalmente cultural” y ha sido impulsado, por ejemplo, por los medios de comunicación, pero que provoca que haya mujeres que “salten de un extremo a otro, una vez se dan cuenta de que echan de menos tener en la pareja al mejor amigo”.
“Se confunden muchos de los términos de la llamada triada oscura (narcisismo, impulsividad e incapacidad de mentir), que son los que más triunfan en las mujeres. Algunas chicas dicen que su novio ‘se hace respetar’. No, en realidad tienes miedo. O que ‘es seguro de sí mismo’. No, se pone un escudo ante las emociones. O ‘me protege’, que en realidad quiere decir que te controla. Gran parte de esta confusión de ideas está en la base del maltrato de género, la idea de que aguantando suficiente con el chico malo lograrás cambiarlo”, denuncia Bustamante, como algo que no se admite a nivel racional, pero que sigue funcionando.

EL SEXO ES MEJOR CON EMOCIÓN

Bustamante es un firme defensor del sexo relacionado con lo afectivo, algo que señala encuentra de manera cada vez más frecuente entre los pacientes más jóvenes que entre los de mayor edad. Y señala que, en muchas ocasiones, la mujer ha adoptado esa búsqueda del sexo por el sexo que antes solía corresponder al varón. “Ese es el problema de intentar coger el modelo masculino sin discriminar. Se obtienen algunas ventajas, pero la parte negativa es quitarle la emoción y el romanticismo, lo que conduce a que cada vez necesites más”. Algo que no es posible si no se cuenta con el compañero. “El sexo del hombre depende del hombre y el de la mujer, de la mujer, y juntos, conseguimos que la relación funcione o no. Esa idea tan arcaica pero falsa con la que convivimos de que no hay mujeres frígidas, sólo hombres inexpertos, sigue utilizándose”.
¿No será que muchos de estos problemas masculinos se originan a partir de la preponderancia universal del sexo, que se encuentra en conflicto con los tabúes que siguen existiendo? “Es verdad que el sexo está instrumentalizado, se utiliza como instrumento de venta, de marketing, incluso como estrategia de poder en una relación. Hay mujeres despistadas porque se han pasado al lado del hombre sin coger lo positivo, pero a lo mejor lo han despojado de emoción, y eso no es positivo”, señala Bustamante. “Encuentras a mujeres que lo viven sólo como la búsqueda de una recompensa, y si no la tengo, me cabreo, me siento mal, etc. Lo que ocurre es que al igual que estar delgado o tener estudios, el sexo se vive como una meta que hay que alcanzar: tienes que proporcionar determinado número de orgasmos, si eres mujer tienes que ser multiorgásmica o eyacular porque está de moda, o tener el punto G perfectamente desarrollado. Nos olvidamos de la importancia de la relación de pareja”. Y eso, añade el psicólogo, nos conduce al fracaso.

CÓMO SUPERAR EL ABURRIMIENTO

¿Cuál es el principal enemigo de nuestra vida sexual? Una vez hemos conseguido acoplarnos con nuestra pareja, algo que no siempre ocurre, y que se realiza durante las primeras fases de la relación, toca esquivar al gran monstruo que es la monotonía y el aburrimiento. “Si hacemos siempre lo mismo y nos funciona, tendemos a repetirlo, sin probar cosas nuevas, porque nos da miedo intentar algo y fracasar. Vamos a lo que nos gusta, y al final, eso genera aburrimiento y monotonía”, advierte Bustamante. “Somos muy cómodos: lo hacemos en el mismo lugar, a las mismas horas… Somos animales de costumbres. Y hay que luchar contra ello. Lo primordial es atreverse a probar, hay que permitirse fallar porque es muy lógico que a veces las cosas no salgan bien. Pero si nos enfadamos o nos ponemos tristes cada vez que probamos algo nuevo y no sale bien, vamos a acabar por caer en ese monstruo que es la monotonía”.
¿La solución? Establecer unos límites y proponer cosas nuevas, sin miedo a equivocarnos. “Es como el brainstorming: da igual la barbaridad que digas, si pones límites a tu creatividad, no haces nada”. Por ello, viene a colación la cita del guionista de cómic Grant Morrison que se recoge en el libro, y que señala que “si vas a hacer algo relacionado con el sexo, debería ser cuanto menos genuinamente perverso”. “Hay que entender que igual que abogo por no perder la emoción en el sexo, esa parte afectiva sin la que el sexo sería mera gimnasia, también hay que entender que se puede decir ‘te quiero’ con una relación súper salvaje, incluso con prácticas sadomasoquistas. La emoción está dentro del sexo, y que sea lascivo o salvaje no significa que no nos queramos, aunque nos lleguemos a insultar, siempre dentro de lo que guste a la pareja. Uno puede desmelenarse sin faltar el respeto a la pareja”.
¿La última muestra de esta evolución social en la que cada vez estamos más dispuestos a traspasar los límites que en el pasado se nos habían impuesto? El éxito de Cincuenta sombras de Grey (Grijalbo), del que Bustamante se muestra contento, como fiel defensor de la fantasía sexual que es. “Cuando todo el mundo lo lee, parece que tú también puedes hacerlo. Cuanto más fantaseamos, más leemos y más pensamos, mejor va nuestra vida sexual. Es el cóctel perfecto para estimular una relación sexual que hasta entonces estaba dormida”.

Fuente: El Confidencial

Fraternalmente
Luis Romero Yahuachi