EXISTENCIA DE DIOS
INTRODUCCIÓN:
Una de las interrogantes más
comunes del hombre moderno al cristiano es ¿cómo puedo saber si Dios es real?
La respuesta a ésta interrogante la podemos encontrar en muchos argumentos
bíblicos que son muy importantes, pero para el ateo no resultan creíbles, por
la dureza del corazón y por qué el punto de partida es nuestro libro
fundamental: la biblia, libro que ellos atacan sin escrúpulos. Es por esto que,
teólogos cristianos, han propuesto pruebas racionales de la existencia de Dios,
que pueden brindar un poco de luz en cuanto se trate de defender el evangelio y
comunicar de mejor forma la verdad escrita en su santa palabra. En el
transcurso del tiempo se desarrollaron y
cobraron fuerza en la teología algunos argumentos para probar racionalmente la
existencia de Dios. Tradicionalmente, se han propuesto cuatro argumentos
principales para la existencia de Dios: (1) el argumento cosmológico; (2) el
argumento teleológico; (3) el argumento ontológico; Y (4) el argumento
antropológico.
EL ARGUMENTO COSMOLOGICO
A. Definición:
1. Etimología: El término
«Cosmológico» viene de la palabra «Cosmología» del griego: ??sµ?????a -
(«cosmologuía», compuesto por: ??sµ?? - kosmos/, que significa: "mundo,
universo", y ????a - loguía, que significa: "tratado, estudio").
Es el estudio del universo en su conjunto, en el que se incluyen teorías sobre
su origen, su evolución, su estructura a gran escala y su futuro que demuestra
la existencia de Dios.
2. El Argumento Cosmológico es
también conocido como el "Argumento de la Primera Causa". Es un
argumento filosófico a favor de la existencia de Dios, el cual explica que todo
tiene una causa, que debe haber existido una primera causa, y que esta primera
causa no se ocasionó a sí misma. Se refiere a un conjunto de argumentos o
patrones de pensamiento que nos llevan concluir que Dios es real por la
observación de que las cosas que nos rodean nunca existen a menos que algo más
las haga existir. Así que el argumento cosmológico nos hace pensar en Dios como
causa generadora o fuente iniciadora de cosas y sucesos, ya que no puede haber
una serie infinita de cosas que hagan existir lo que nos rodea.
Este argumento va del efecto a la
causa. Todo lo que comenzó, debe su existencia a una causa que es igual a la
producción. Vemos el mundo en el que vivimos, y nos preguntamos cómo llegó a
existir. ¿Se originó por sí solo? o ¿está la causa de su existencia fuera de sí
mismo? Que no pudo llegar a su existencia por si solo es obvio, así como tampoco
una computadora y papel por si solos pueden componer un libro. La Biblia dice
que toda casa es construida por algún hombre. (Mateo 7:24-27). Así es con el
universo. El universo debe su existencia a una causa.
El universo es un fenómeno o un
efecto que no siempre ha existido y que indica una causa adecuada. El argumento
cosmológico presenta evidencia de que Dios existe y que es la Primera Causa de
todas las cosas.
Existen cuatro teorías que han
sido propuestas por filósofos y metafísicos en cuanto al origen del universo
material:
1. que la constitución de la
naturaleza es eterna y que sus formas han existido siempre.
2. que la materia ha existido
siempre, pero su constitución presente y su forma han estado sujetos a un
auto-desarrollo, lo cual era la creencia de Epicuro, y es también la creencia
del ateo moderno.
3. que la materia es eterna, pero
su clasificación presente y su orden son la obra de Dios, como enseñaban
Platón, Aristóteles y muchos otros.
4. que la materia es una cosa
creada, habiendo sido traída a la existencia de la nada por el poder
engendrador de Dios, lo cual es la revelación bíblica.
La última de estas cuatro
filosofías no debe ser confundida con la noción imposible que el universo ha
evolucionado por sí solo de la nada. Su declaración es que Dios por su infinito
poder ha causado que la materia inexistente exista. Está escrito: "En el
principio creó Dios los cielos y la tierra" (Gn. 1:1), y,"... de modo
que lo que se ve fu e he eh o de lo que no se veía" (He. 11:3).
Leland ha declarado: "Pocos,
si algunos, de los antiguos filósofos paganos reconocieron que Dios es, en el
más propio sentido, el Creador del universo. Al llamarlo... "el Arquitecto
del universo", ellos no querían decir, que Él lo trajo de la inexistencia
a la existencia, sino solamente que Él lo fabricó de materiales prexistentes, y
lo dispuso en una forma y orden regular" (La Necesidad de la Revelación,
citado por Watson, Insitutos, I, 274).
B. Origen:
El Argumento Cosmológico o
argumento de la Primera Causa fue postulado primeramente por Platón y
Aristóteles en los siglos tercero y cuarto antes de Cristo. Aristóteles, un
deísta, propuso que esta primera causa fue el creador del universo. Tomás
Aquino, un cristiano, luego amplió las ideas de Aristóteles en el siglo XIII
d.C. y moldeó el concepto de la primera causa dentro de un marco en el cual la
primera causa del universo mismo no fue ocasionada: La Primera Causa es Dios.
Este argumento aun es utilizado por muchos apologistas contemporáneos. En los
últimos años, el filósofo, teólogo y apologista cristiano William Lane Craig ha
llevado el argumento Cosmológico de nuevo en el centro de atención.
Este argumento empieza con una
simple observación acerca del mundo que nos rodea. La existencia de cada cosa
depende de las otras cosas existentes en un sistema altamente complejo, de tal
forma que aparentemente todo el universo es un sistema interconectado.
C. Hipótesis:
El Argumento Cosmológico depende
de la validez de tres hipótesis contribuyentes:
Todo lo que empezó a existir
tiene una causa de su existencia.
El universo comenzó a existir.
Por lo tanto, el universo tiene
una causa de su existencia.
El Argumento Cosmológico para la
existencia de Dios es de esta manera: "El mundo no podría existir por sí
mismo así que debe haber existido una causa primaria que lo hizo existir. Esta
causa primaria es Dios. O viéndolo de otra manera, el universo no podía
simplemente haber existido por sí mismo – alguien o algo lo debió haber creado.
Esta causa del universo es Dios".
La deducción convincente que Dios
es la causa para la existencia del universo, es por las características de la
causa:
a. La eternidad de la causa. La
causa debe ser eterna, pues si no lo es y tiene un inicio, nos enfrentamos al
problema de que la causa, tiene una causa y ésta tiene su causa y así al
infinito, y por tanto, nos llevaría a la inexistencia del universo. Para evitar
esto, la causa debe ser eterna, sin causa, sin principio, ni final.
b. La atemporalidad de la causa.
La causa es atemporal como conclusión lógica de su eternidad. Si la causa es
eterna, no tiene principio, ni final, o sea, no tiene antes y después, por lo
tanto, existe en presente continuo.
c. La voluntad de la causa. Si la
causa no tiene voluntad y es eterna, significa que no hay forma de que el
universo viniera a la existencia, pues, si en la causa eterna sin voluntad está
lo necesario para traer a la existencia el universo, podemos preguntarnos ¿Por
qué el universo no es eterno entonces? No hay razón para que dé un momento a
otro, la causa eterna sin voluntad traiga a la existencia el universo y,
cualquier explicación que se pueda formular, debe enfrentar el dilema de la
eternidad. La única opción para evitar dicho dilema, es que la causa tenga
voluntad y poder de decisión.
d. La vida de la causa. Si la
causa tiene voluntad, tiene vida, pues la voluntad solo se presenta en aquello
que está vivo, pues no hay voluntad en lo que no está vivo.
e. El poder de la causa. La causa
debe tener poder, pues si no lo tiene, el universo no habría llegado a la
existencia, así la causa sea eterna, atemporal, viva y con voluntad.
f. La sabiduría de la causa. La causa
debe tener conocimiento de lo que hace, pues aún si fuera eterna, atemporal,
con voluntad, viva y con poder de acción, sino tiene conocimiento de lo que
desea hacer, no podría realizarlo.
D. Objeciones:
Tres Objeciones del argumento
cosmológico han sido ofrecidas.
1. Algunos dicen que: "el
universo es eterno y no carece de una causa primaria". Hasta la década de
los 50's, esta explicación era la más popular entre astrónomos. Sin embargo, a
fines de los 50's, astrónomos comenzaron a observar que todas las galaxias se
estaban moviendo hacia afuera como desde un punto central de origen. Esta
observación demostró que todo el universo se está expandiendo. Por lo tanto,
astrónomos concluyeron que el universo surgió de una gran explosión, conocida
como la "Gran Explosión" (Big Bang). Lo importante de la "Gran
Explosión" es que nos indica que, si regresamos al pasado, el universo se
hace cada vez más y más chico, ¡hasta que el universo se reduce a la nada! Por
lo tanto, la "Gran Explosión" nos dice que el universo tuvo un
principio. Así que la idea de que el universo es eterno es refutada por las
evidencias de la astronomía.
2. Otros dicen: "¿si el
universo necesito una causa para su existencia, entonces por qué Dios no
necesita una causa? ¿qué causó a Dios?". Notemos que la segunda hipótesis
que se presenta en este argumento es que el universo comenzó a existir, si el
universo comenzó a existir, entonces tiene una causa, así pues, el universo
tiene una causa. Entonces todo aquello que comienza a existir tiene una causa,
es decir, que las cosas no llegan a su existencia sin causas. Pero, si algo
nunca tuvo un comienzo en su existencia, si es eterno, entonces, no hay razón
para pensar que necesita una causa. Y esto no es una defensa especial de Dios,
esto es lo que los ateos han dicho siempre en el pasado del universo, que
simplemente es eterno e incausado. Por eso ahora a la luz de la física moderna
y a los argumentos racionales, diríamos que Dios es simplemente un ser
metafísicamente necesario incausado y eterno.
Así que preguntar: ¿Qué causo a
Dios? O ¿Quién creo a Dios? no es lógica, así como preguntar ¿con quién está
casado el soltero? ya que se basa en la falsa suposición de que Dios vino de
alguna parte. Dios, distinto al universo, no tuvo un comienzo en el tiempo. Por
lo tanto Dios no tiene ni necesita tener, una causa para su existencia — Él
simplemente existe, y siempre ha existido y siempre existirá. Dios es la causa
sin causa que hizo que todo lo demás que viniera a la existencia. Dios es el
Creador increado que creó el universo y todo en él (Génesis 1:1).
3. Otros dicen: "que aun
cuando el universo, necesito una causa para su existencia, esto no prueba la
existencia de Dios. Porque aunque el universo haya necesitado una causa para
existir, esto no necesariamente quiere decir que la causa sea Dios". No
hay duda alguna que la causa para la existencia del universo es Dios. La
hipótesis del argumento cosmológico, sobre el cual se basa, es éste: Cada
efecto material debe tener una causa adecuada que le anteceda. El Universo
existe; la inteligencia existe; la moralidad existe; el amor existe. ¿Cuál es
la causa adecuada que les antecede? Ya que el efecto nunca puede llegar antes o
ser mayor que la causa, entonces podemos concluir que la Causa del universo debe
ser eterna incausada, atemporal, con voluntad, con vida, poder y sabiduría,
como se ve en las características de la causa. Cuando la Biblia señala,
"En el principio creó Dios", esto nos hace pensar exactamente en esa
Primera Causa.
E. Conclusión:
¿Qué dice la Biblia? La Biblia
nos dice, desde el primer verso mismo, que Dios creó el universo. "En el
principio Dios creó los cielos y la tierra" (Génesis 1:1). "Jehová
hizo los cielos" (1ra de Crónicas 16:26). Sabemos que Dios mismo no es una
parte física del universo. 2da de Crónicas 2:6 dice: "…los cielos y los
cielos de los cielos no pueden contenerlo". También sabemos que
"Jehová, el Dios eterno" (Génesis 21:33) es eterno e infinito.
"Él señorea con su poder para siempre" (Salmo 66:7). La Biblia nos
enseña muy claramente que Dios es la Primera Causa no ocasionada, el cual creó
al universo por Su propia voluntad.
El Argumento Cosmológico es
consistente con el relato bíblico del principio del universo y de la
"Primera Causa". Sin embargo, es sólo uno de muchos indicadores y
evidencias que apuntan a la existencia de un Dios Creador, como lo revela la
Biblia.
EL ARGUMENTO TELEOLOGICO
A. Definición:
1. Etimología: El término
«teleológico» viene de la palabra «teleología» del griego: «t???? que
significa: "fin", y ????a - logía, que significa: "Tratado,
estudio". Es la rama de la metafísica que se refiere al estudio de los
fines o propósitos de algún objeto o algún ser, o bien literalmente, a la
doctrina filosófica de las causas finales. Usos más recientes lo definen
simplemente como la atribución de una finalidad u objetivo a procesos
concretos.
2. El Argumento Teleológico es
también conocido como "El Argumento del Diseño". Es el argumento
sobre la existencia de Dios que se basa en la premisa de que existiría una
evidencia percibida de un mundo y un universo "diseñado". Se basa en
aquellos aspectos del mundo que al ser complejos, parecen haber estado diseñados;
y que en consecuencia, parecen obedecer un objetivo o una finalidad de un ser
inteligente.
El principio del Argumento
Cosmológico es el fundamento sobre el cual El Argumento Teleológico se edifica.
Este argumento procede a establecer, a través de evidencia racional, la
inteligencia y el propósito de Dios, manifestados en el designio, la función, y
la consumación de todas las cosas en la creación. Declara que un diseñador debe
existir ya que el universo y las cosas vivientes exhiben marcas de diseño en el
orden, consistencia, unidad y modelo de cada uno de ellos. Por esto, deben
haber sido diseñado por un gran Diseñador o Dios. El argumento teleológico no
podría ser mejor expresado que como aparece en las palabras del salmista:
"El que hizo el oído ¿no oirá? El que formó el ojo ¿no verá? El que
castiga a las naciones ¿no reprenderá? ¿No sabrá el que enseña al hombre la
ciencia?" (Sal.94:9-10). El hecho de la existencia de un diseño, que es
demostrado en toda cosa creada, exhibe la inteligencia y el propósito racional
del Creador.
B. Origen:
Este tipo de explicación estuvo
muy presente en la cosmovisión de Aristóteles, influido por sus estudios de
biología. Por ello todo el Universo y sus componentes principales estaban
orientados a conseguir alguna finalidad. Todo lo que existía, si generalizamos,
tenía una finalidad, un propósito.
Este orden regular de los
fenómenos naturales, como el cambio de estaciones, el cambio diario entre día y
noche, la reproducción vegetal y animal, etc., hizo creer que este orden
difícilmente podía tener su origen en el azar, a través de las consecuencias de
la suma de cambios azarosos.
Por ejemplo en la antigüedad no
era fácil de aceptar que el modelo atomista que defendía Demócrito y sus
seguidores (remplazado actualmente por un modelo científico), podía generar una
naturaleza tan regular y ordenada. Fue así como Aristóteles y; posteriormente
en la Edad Media, los pensadores cristianos encontraron en esta premisa del
orden el fundamento en el cual podían basar la existencia de Dios
Actualmente El Argumento
Teleológico para la existencia de Dios, además de estar presente dentro de la
teología y metafísica, se encuentra dentro del argumento contemporáneo conocido
como diseño inteligente.
C. Hipótesis:
Para probar la existencia de
Dios, los teístas frecuentemente usan el Argumento Teleológico. Por ende, este
argumento sugiere que donde hay diseño, debe haber un diseñador. En una forma
lógica, se presenta el argumento de la siguiente manera:
1. Si el Universo muestra evidencia
de diseño, debe tener un diseñador.
2. El Universo muestra evidencia
de diseño.
3. Por tanto, el Universo debe
haber tenido un diseñador.
Hay un gran orden y diseño en el
universo (por ejemplo: las galaxias, los planetas, animales, plantas, el cuerpo
humano, etc.) Y también sabemos que en cuanto más complejo el diseño, más
inteligente su diseñador. Por lo tanto, el diseñador del universo debe ser una
persona muy inteligente. Pero ¿por qué deducimos que este diseñador es una
persona? Solamente una persona puede tener una mente (con la capacidad de
pensar y diseñar.) Una fuerza impersonal no puede pensar ni diseñar nada porque
carece de una mente. Así que, este argumento nos indica que el diseñador del
universo es un ser personal y muy inteligente.
Una analogía típica de éste, es
el "argumento del relojero" ("Watchmaker Argument"), el
cual fue dado por William Paley (1743-1805). El argumento es el siguiente: Si
Ud. encuentra un reloj en un campo vacío, lógicamente concluirá que este fue
diseñado y que no es el producto de una formación al azar. De igual manera,
cuando miramos la vida y el universo, es natural concluir que existe un
diseñador y que vemos cómo la forma del universo y de la vida, operan
perfectamente. El ojo es usado típicamente como un ejemplo de diseño. Este
tiene un desarrollo maravilloso; pero para que cumpla su función, deben existir
muchas partes convergentes que de forma individual no tendrían función sino que
tienen valor sólo en el todo del diseño. Sólo en la total combinación es que
éstos exhiben su función completa y esta función se debe al diseño.
D. Objeciones:
1. Algunos dicen que: "la
casualidad puede crear, por lo tanto, no necesitamos un diseñador para explicar
el gran diseño que encontramos en la creación". Pero la realidad es que
las probabilidades de que el universo haya surgido por mera casualidad son
astronómicamente bajas. ¡Por ejemplo, para que un organismo unicelular aparezca
por mera casualidad, las probabilidades son 1 en 10^40,000! Creo que es más
razonable creer en un gran diseñador del universo que en la casualidad.
El argumento teleológico afirma
que el universo evidencia demasiada complejidad para ser el producto de la
casualidad. Se sabe que los cuerpos celestes se mueven con exactitud perfecta
en sus órbitas. Nuestros cuerpos humanos, también, son increíblemente
complicados. Según el argumento teleológico, simplemente en ninguna manera toda
esta complejidad podría "simplemente suceder". Dios debió haber
creado todo. Además, la casualidad (que es algo impersonal) no puede crear
nada. Solamente una mente inteligente tiene la capacidad de crear.
2. Otra objeción al Argumento
Teleológico se deriva del problema del mal natural: ¿Acaso los hechos
"Disteleologicos" en el mundo: las enfermedades y las dolencias, el
hecho de que un animal devore a otro, los áridos desiertos, las heladas
regiones polares, los terremotos, los huracanes y las erupciones volcánicas; no
pesan más que los argumentos que buscan un diseño en el universo? ¿Deja el
Argumento Teleológico un espacio suficiente para la libertad? Los defensores de
este argumento sostienen que Dios ha puestos límites a la libertad y al
"mal natural", y esos límites nos permiten hablar de diseño o
propósito. Sin embargo, surge la pregunta si el principio de la "selección
natural" de Charles Darwin no ha invalidado el Argumento Teleológico,
explicando los cambios con causas puramente naturales. Quizá sea necesario
reconocer tanto la validez como los límites del Argumento Teleológico. Blaise
Pascal declaro: "La naturaleza tiene algunas perfecciones para demostrar
que está hecho a la imagen de Dios, y algunos defectos para demostrar que
solamente es su imagen, y no Dios mismo".
E. Conclusión:
Los que no creen en Dios no han
pasado por alto esta forma correcta de razonamiento lógico y sus implicaciones.
Incluso los incrédulos admiten que no se puede obtener un poema sin un poeta,
una ley sin un legislador, una pintura sin un pintor, o un diseño sin un
diseñador. Sin embargo, aunque muchos incrédulos admiten que el diseño demanda
un diseñador, niegan que exista diseño suficiente en la naturaleza para
establecer la existencia de un Gran Diseñador. El desacuerdo entre la persona
que cree en Dios y la persona que no cree en Él no tiene nada que ver en
absoluto con el hecho que el diseño demanda un diseñador. En cambio, el punto
de desacuerdo es si existe o no diseño adecuado en la naturaleza para probar la
existencia de un Diseñador. Aquí es cuando el Argumento Teleológico entra en
escena.
La Biblia dice en Isaías
40:12-14, 26, que Dios "midió las aguas...pesó los montes...creó estas
cosas...las llama por sus nombres". Con esto se nos dice que hubo un plan,
una determinación o un propósito al haber hecho cuanto existe. No fue obra de
la casualidad. La creación fue hecha con poder y con sabiduría. ¿Quién tuvo esa
idea? ¿Quién hizo ese plan? Donde hay un plan, donde hay una idea; donde hay
sabiduría, hay persona y esa persona es Dios. (Véase: Romanos 1:18-22, Salmo
104:24)
EL ARGUMENTO ONTOLOGICO
A. Definición:
1. Etimología: El término
«ontológico» viene de la palabra «ontología» del griego: ??t??, ontos, que
significa: "ser", y ?ó???, logos, que significa: "ciencia, estudio,
teoría". La ontología es una parte o rama de la metafísica que se ocupa
del estudio del ser y sus propiedades; es decir de lo que "existe".
2. El Argumento Ontológico es un
argumento que intenta demostrar la existencia de Dios mediante la observación o
análisis del ser; es decir de lo real. Este argumento es diferente al Argumento
Cosmológico y Teleológico; ya que no se basa en la observación del universo
como lo hace la cosmología y teleología, sino más bien empleando únicamente la
razón, el argumento ontológico razona a partir del estudio de lo que existe.
El argumento ontológico puede ser
indicado de este modo: "Dios es el ser inimaginable más grande. Uno de los
aspectos de la perfección o de la grandeza es la existencia. De esta manera,
Dios existe". O diciéndolo de otra manera – "el hecho de que Dios
puede ser concebido significa que él debe existir".
B. Origen:
Este argumento ha sido propuesto
por muchos filósofos a lo largo de la historia. Cronológicamente, el primero
que propuso este argumento fue el filósofo persa Avicena, que lo menciona en su
Libro de la curación. Conjugó la tradición aristotélica con el neoplatonismo y
tuvo una grandísima influencia en el Occidente cristiano. De religión
musulmana, situó a la razón por encima de todo ser y explicó que con esto se
nos llama a buscar la perfección.
Sin embargo, el filósofo que
mejor desarrolló este argumento apriorístico fue el monje benedictino Anselmo
de Canterbury, filósofo escolástico, teólogo y Padre de la Iglesia. Hasta el
punto que suele ser presentado como autor del mismo: "el argumento
ontológico de san Anselmo".
La influencia de San Agustín le
llevó a intentar demostrar desde un punto de vista racional verdades que
conocemos por revelación. El célebre aforismo agustiniano "fides quaerens
intellectum" le empujaba a llevar hasta el extremo el uso de la razón en
defensa de las verdades de fe.
San Anselmo llegó a la conclusión
de que la esencia divina es "la suprema de todas o mayor que todo lo que
ha sido hecho por ella" Este método, que puede calificarse como
epistemológico, le sirvió para buscar la existencia de Dios desde un punto de
vista racional. En su Monologio (1076) expuso diversos argumentos a posteriori
para demostrarla basándose en el principio de causalidad al igual que haría
Santo Tomás de Aquino con sus famosas "cinco vías". En otra de sus
obras, el Prosologio (1078) enunció en el segundo capítulo el argumento
ontológico. Aquí, usando un método a priori, desciende desde Dios a los
hombres.
Ya al final del primer volumen
había establecido que Dios es algo que no puede ser pensado mayor, o dicho de
otra forma, el ser mayor del cual no se puede pensar otro que sea mayor. Vemos
ya la noción de Dios como lo más grande, el ser mayor que pueda ser imaginado,
algo que se corrobora con los dictados de la fe.
Posteriormente Santo Tomás de
Aquino ya establecería la importancia de la fe para confirmar cualquier
proposición elaborada a partir de la razón, aunque como veremos el argumento
ontológico es estrictamente racional.
El argumento ontológico tuvo
predicamento entre los grandes racionalistas del siglo XVII, Descartes, Spinoza
y Leibniz. Incluso un matemático, Kurt Gödel, también demostró la existencia de
Dios a partir de un argumento bastante similar basado en procedimientos
matemáticos.
C. Hipótesis:
La Hipótesis más conocida de este
argumento vino de Anselmo, arzobispo de Canterbury (1033-1109). El argumento
dice:
1. La idea de un ser perfecto
existe.
2. Para ser "perfecto",
Dios debe ser más grande que cualquier otro ser que podamos imaginar.
3. Un Dios real sería más grande
que uno imaginario.
4. Dios no puede existir solo en
nuestra imaginación, pues en ese caso el no sería perfecto.
5. Por lo tanto, Dios debe
existir en realidad.
Este argumento encuentra en la
mera idea de Dios la prueba de su existencia. Este argumento dice que la
existencia de Dios es asegurada porque la mente humana, la cual ha sido creada
por Dios, cree en la existencia de Dios. Es decir, Dios es el Creador de la
mente humana, la cual posee este concepto de Dios por voluntad divina.
D. Objeciones:
Este razonamiento sobre la
existencia de Dios tiene dos objeciones principales, una planteada por Gaunilo
y otra por Santo Tomás de Aquino.
1. Crítica de Gaunilo: Siguiendo
ese argumento, también deberían existir las islas perfectas, es decir, si
podemos pensar en una isla perfecta, esta isla perfecta debería existir. Sin
embargo, sabemos que las islas perfectas no existen, por lo tanto, el argumento
es erróneo. San Anselmo contraargumentó a Gaunilo respondiéndole que Dios es el
único concepto que necesariamente tiene que existir, es decir, que en el mundo
no tienen por qué existir las islas perfectas porque el concepto de isla no
implica perfección y el de Dios sí.
2. Crítica de Santo Tomás de
Aquino: "Salto equivocado del orden mental al orden real". San
Anselmo lo que demuestra es la existencia del concepto perfecto de Dios, pero
no demuestra la existencia del concepto real de Dios. Santo Tomás quería decir
que existía el concepto de Dios como algo pensable (Dios es lo máximo pensable)
pero no como algo real.
E. Conclusión:
Es por medio de este argumento
que llegamos al conocimiento de la existencia del Autor del universo y no por
medio de especulaciones abstractas de necesidad. Nunca hubiésemos sabido que El
existe, sino por nuestra propia existencia y la de otros seres a nuestro
alrededor, y como de ese modo comprendemos que El existe y tiene que existir.
(Hechos 17:23-28; Hebreos 11:4-6). El cristiano quien, por sobre todo, reconoce
el "así ha dicho Jehová" y está consciente del poder iluminador
provisto por Dios, se beneficiará muy poco de los argumentos
teístico-naturalistas; sin embargo estos argumentos existen y contribuyen a la
teología aquello que la razón facilita. En esta base estos argumentos deben ser
considerados por todo estudiante de teología.
EL ARGUMENTO ANTROPOLOGICO
A. Definición:
1. Etimología: El término
«antropológico» viene de la palabra «antropología» del griego: ?????p??
anthropos, que significa: "hombre (humano)", y ?????, logos, que
significa: "ciencia, estudio". Es la ciencia que estudia todos los
aspectos del ser humano de una forma integral.
2. El Argumento Antropológico
llamado también el "Argumento de la Ley Moral". Es un argumento a
favor de la existencia de Dios basado en el reconocimiento que el sentido moral
universal del ser humano en cuanto a lo que es correcto y equivocado viene de
Dios. (Ver Romanos 2:14-15). Este argumento no es como el cosmológico que
contempla el universo entero, o el teleológico que observe el elemento del
designio en el universo entero, sino que se restringe a la evidencia
concerniente la existencia de Dios, y sus cualidades, que pueden ser notadas
por medio de la constitución del hombre. (Salmo 94:9-10)
La conciencia y la naturaleza
moral del hombre exige un creador consciente y moral. El hombre tiene una
naturaleza moral, esto es, su vida está regularizada por los conceptos de bien
y de mal. Sabe que hay un curso recto de acción que debe seguirse y un curso
errado que debe evitarse. Ese conocimiento se llama conciencia. Cuando el
hombre obra con rectitud la conciencia lo aprueba y aplaude; cuando obra mal lo
condena.
C. S. Lewis habla de esto a
principios de su obra Mere Christianity. Llama a esta ley moral "La regla
del bien y del mal, algo que está realmente allí, no hecho por nosotros".
Durante años, Lewis luchó contra Dios porque le parecía que el universo era
injusto y cruel. Pero comenzó a analizar su indignación. ¿De dónde había sacado
él el concepto mismo de lo justo y lo injusto? Dijo: "Un hombre no dice
que una línea esta torcida a menos que tenga alguna idea de lo que es una línea
derecha".
Según este argumento, toda
persona nace con una comprensión inherente del bien y el mal. Por ejemplo: Todo
el mundo comprende que matar a una persona inocente es malo. Todo el mundo
comprende que ayudar a una persona a evitar que se ahogue es correcto. ¿De
dónde vino esta comprensión interna del bien y el mal? Según los defensores de
este argumento de la ley moral, esta comprensión se origina de Dios. Él lo
introdujo en los corazones de toda persona. Sin Dios la moralidad sería
imposible. Debe haber un Legislador (Dios) que origine y sostenga la ley moral.
Una ley moral universal no puede existir accidentalmente. Debe haber una base
detrás de ella – Dios.
B. Hipótesis:
¿En qué consiste el Argumento
Moral? En resumen, este argumento dice lo siguiente:
1. Las leyes morales existen
2. Dichas leyes debieron ser
promulgadas por alguna autoridad moral.
3. Por lo tanto, debe existir un
gran dador moral
Veámoslo más despacio. En todas
las culturas existe una noción de lo bueno y lo malo. No hay ninguna cultura
que no tenga normas de comportamiento. Todos los grupos reconocen que la
honestidad es una virtud, junto con la sabiduría, la valentía y la justicia. Y
aun en las tribus más remotas de la jungla, el homicidio, la violación, la
mentira y el robo son reconocidos como malos, en todo lugar y en todo tiempo.
Surge la pregunta: "¿De dónde vino este sentido de moral?". ¿Quién
puso esa moralidad en las personas? Debió ser alguien que tenga el conocimiento
exacto de lo que es bueno, y lo que es malo, y ese ser no es otro que Dios. ¿O
de qué otra manera pudo el ser humano distinguir entre lo bueno y lo malo? C.
S. Lewis mencionó en una de sus obras: "Un hombre no dice que una línea
está torcida a menos que tenga alguna idea de lo que es una línea
derecha". Es Dios quien proporciona al hombre la idea de una línea
derecha.
Las leyes morales existen, y son
tan reales y ciertas como las leyes físicas. El hecho de que no podamos
medirlas o pesarlas no las hace falsas. Para la humanidad la palabra justicia
tiene sentido. Si no existieran leyes morales, la humanidad no existiría como
tal: estaríamos reducidos a otra especie animal en la tierra. Palabras como
"bueno", "malo", "justo", carecerían de sentido.
Si la moralidad existen en el ser
humano, entonces Dios existe, porque Él es quien pone en la conciencia humana
el sentido del bien y el mal (Romanos 2:14-15)
Es verdad que puede haber
diferencias de opinión sobre qué es bueno y qué es malo; para algunas
sociedades ciertas conductas pueden ser aborrecibles, mientras que en otras es
normal y hasta deseable. Pero hay otras conductas que, a lo largo de la
historia, han sido calificadas como perversas y en contra de la moral (el
homicidio, el robo, la violación de un niño, etc.)
C. Objeciones:
1. Algunos dicen que: "el
ser humano creó esta ley moral". Pero si así fuera, la moralidad sería
subjetiva. Cada persona inventaría su propia moralidad, y por lo tanto, nunca
podríamos juzgar (moralmente) las acciones de los demás. Sin embargo, esto no
es lo que ocurre. Cuando alguien ha cometido un crimen (por ejemplo, un
asesinato) las autoridades (y la sociedad) juzgan y castigan al criminal.
Únicamente cuando la moralidad trasciende a individuos, inclusive a las
diferentes culturas del mundo, es posible el juzgar las acciones de otros.
2. Otros dicen que: "la
moralidad surgió como parte de la evolución". La moralidad es simplemente
una ayuda para la supervivencia de las especies. Pero esta explicación no es
convincente porque cada ley implica un dador (o una autoridad.) Una ley por sí
solo no tiene ningún valor. Toda ley es eficaz porque detrás de ella existe una
autoridad. Por ejemplo, las leyes de tránsito son obedecidas porque existe una
autoridad (la policía, el gobierno) detrás de ellas. Si no existiera esa
autoridad, nadie obedecería esas leyes.
D. Conclusión:
De la misma manera, esta ley
moral de la cual todos estamos conscientes debe tener una autoridad. Así que la
mejor explicación para la existencia de esta ley moral es una autoridad que
trasciende al individuo y a las diferentes culturas, o sea, Dios.
El ateo Michael Martin dice que
los Cristianos tienen las mismas razones que los ateos para condenar la
violación sexual (u otras conductas inmorales): viola los derechos de la
víctima, daña la sociedad, etc. De seguro, lo que Martin quiere decir es que
los ateos pueden conocer el bien sin Dios – y es cierto. Como todo ser humano
está creado a la imagen de Dios, pueden conocer el bien sin conocer a Dios. Sin
embargo, eso de ser bueno es otra cosa. Al suprimir la existencia de Dios, el
ateo no tiene fundamento para darle valor al ser humano – ni siquiera
responsabilidad moral a favor de él. Los Cristianos sí pueden arraigar cosas
como los derechos humanos y su dignidad porque entendemos que todos fuimos
hechos a la imagen de un Ser supremo y eternamente valioso.
¿Cómo alguien que no cree en Dios
explica el hecho de que todos los seres humanos somos igualmente valiosos? Hay
gente flaca y gorda; unos más inteligente que otros; otros más bonitos; otros
más fuertes. ¿Qué valor tienen en común
todos los seres humanos, si no están todos hechos a la imagen de Dios? No se
está hablando de qué es lo que nos separa de los animales, sino qué nos une los
unos a los otros.
Personas racionales con valor
intrínseco no salen de procesos impersonales, inconcientes, no-guiados y sin
valor a través del tiempo. Un Dios personal, conciente de sí mismo, con
propósito y bueno provee el contexto natural y necesario para la existencia de
personas humanas con valor, derechos y responsabilidad moral. En otras
palabras, la personalidad y la moralidad están necesariamente conectados: los
valores morales están en nuestra persona. Sin Dios (es decir, sin un Ser
personal), ninguna persona – y, por ende, ningún valor moral – existiese. Sólo
si Dios existe podemos realizar las propiedades morales.
CONCLUSION FINAL DE LOS ARGUMENTOS RACIONALES:
Cada uno de estos argumentos nos
indica qué clase de Dios es el que existe. Cada argumento apunta hacia el Dios
de la Biblia. Así que el único candidato para ser el Dios que creó y diseñó el
universo, y que puso esta ley moral en nuestros corazones es el Dios de la
Biblia. Por último, es importante reconocer que cada argumento tiene sus puntos
fuertes y débiles. Creo que la mejor estrategia es utilizar estos tres
argumentos en conjunto. De esta manera, el punto débil de un argumento es
contrarrestado por el punto fuerte del siguiente argumento. Así podremos hacer
una presentación convincente para la existencia de Dios.
Concluyendo, pues, los argumentos
racionales para la existencia de Dios, sostenemos que estos argumentos
establecen una presunción en favor de la fe en el Dios de la Biblia. Nunca
debemos sostener que estos argumentos están en la misma categoría que los
procesos matemáticos; debe reconocerse, al contrario, como hemos indicado
anteriormente, que todas las proposiciones existenciales son limitadas
lógicamente por un mayor o menor grado de probabilidad.
Como dijo el obispo José Butler
en su Analogía, la evidencia respecto al Dios de la Biblia es lo
suficientemente convincente como para echar sobre nosotros una responsabilidad
moral. Tenemos que escoger, ya sea por o en contra de Dios. El Dr. Machen
acostumbraba decir que es como si estuviéramos en una isla que está pronta a
hundirse. Vivimos una vida terrenal que tendrá que terminar. No tendremos
argumentos ciento por ciento demostrativos al intelecto, pero estando en tal
isla, nos vemos obligados a tomar el mejor pasaje posible al lugar de seguridad
más probable. Estamos en un mundo donde el pecado y la miseria abundan. El
evangelio cristiano pudiera ser la verdad. La evidencia es bastante poderosa de
que somos moralmente culpables si no prestamos atención. En verdad, esta
evidencia, comparada con la evidencia en otros asuntos, es abrumadora, tanto
que Pablo tiene razón al decir que aquellos que tienen la evidencia y no
aceptan la gracia de Dios no tienen excusa.
Es posible que el incrédulo sea
convencido y el cristiano sea grandemente ayudado por los argumentos. Pero
tenemos mucho más. Tenemos la obra convincente y regeneradora del Espíritu
Santo, obrando fe en nuestros corazones (Ef 2:8-10; Flp 2:13). No andamos a
tientas, ni seguimos sólo un destello, ni damos un «salto en la obscuridad»;
«andamos en la luz» (1 Jn 1:7).
PRUEBAS CÓSMICAS DE LA NO EXISTENCIA DE ALGÚN DIOS
Para que la sociedad afectada
conozca las circunstancias y las razones que llevaron a que se perpetraran las
violaciones, genocidios, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra,
torturas, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas. Para que se
garantice que no se repetirán, y se reconozca y preserve la experiencia
colectiva de los crímenes sufridos:
Esclarecer, en la medida de lo
posible, los hechos relativos a las violaciones de derechos humanos ocurridas
en el pasado. Amnistía Internacional.
Victor Stenger (1935- ). Es un
físico de partículas, ateo militante, autor de obras de filosofía y escéptico
religioso popular en Estados Unidos. Con gran atrevimiento, el profesor Victor
Stenger plantea el argumento de que ahora ya sabemos bastante para desechar por
completo la hipótesis de dios.
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ACONTECIMIENTOS MILAGROSOS
Los teístas afirman saber más de
dios, que lo que los científicos saben hasta ahora del universo. Sin embargo,
con lo que ya se sabe del universo se pueden desechar por completo las hipótesis
de dios.
Cualquier indicio de creación
sobrenatural del universo presupone aceptar que el universo tuvo un origen y
que ese origen no se produjo de modo natural. Es decir, que hubo incumplimiento
de las leyes naturales, la necesidad de un acontecimiento causal,
incomprensible en términos materiales o naturales.
Se consideran milagros los
acontecimientos inexplicables, las coincidencias muy improbables, los fenómenos
cósmicos que violen las leyes naturales. Por ejemplo, la aparición sorpresiva
de un nuevo planeta en el sistema solar violaría la ley de la conservación de
la materia y la energía.
El problema ha sido para las
personas con poca instrucción, la mayoría hasta ahora, quienes aceptan estos
fenómenos sobrenaturales con explicaciones poco racionales. Las personas con
mentalidad científica, por el contrario, no aceptan hechos inusitados sin un
mecanismo natural y racional que los explique. Afirman que ni revoluciones
científicas, ni cambios en paradigmas han anulado la esencia de las leyes físicas
descubiertas.
Estas leyes se han ampliado con
aportaciones como la relatividad y la mecánica cuántica, sin que pierdan se
vigencia. La ley de la gravedad de Newton, por ejemplo, permite ahora calcular
las órbitas de las naves espaciales. Estas leyes básicas rigen todo el universo
desde hace mas de 30 mil millones de años.
Aceptamos como milagros los
hechos inexplicables, las coincidencias improbables. Si observamos algún
incumplimiento de las leyes naturales durante el insignificante periodo de
nuestras vidas, es razonable aceptarlo como un verdadero milagro. Si dios
existe habrá tenido la capacidad de originar y repetir por lo menos alguno de
estos hechos milagros. Si no se observa ninguno, queda sustentada la hipótesis
de que dios no existe.
PRIMERA LEY DE LA TERMODINÁMICA
La primera ley de termodinámica
postula que "La materia o energía no se destruye, solo se
transforma". Que científicamente esté comprobado que la materia o energía
no se destruye, significa que la materia o energía es eterna, es decir que
siempre ha existido y existirá siempre. ¿Qué necesidad hay entonces de
complicar esta verdad con la búsqueda de un creador y de un milagro de creación?
La posible existencia de un dios no tiene la contundencia de la existencia de
la materia o energía. ¿Y si la materia o energía es eterna por qué no buscar en
ella las explicaciones o respuestas a muchas preguntas?
SEGUNDA LEY DE LA TERMODINÁMICA
La segunda ley de la
termodinámica expresa que "La entropía o desorden total de un sistema
cerrado, se mantiene constante, o aumenta con el tiempo". Los
creacionistas plantean que si el universo inicialmente fue un caos, con
entropía o desorden máximos, es necesario presuponer que en algún momento
alguien, desde afuera, tuvo que impartir la orden para que iniciara su
ordenamiento.
Un universo en expansión pudo
haber partido del caos, sin que ello fuera obstáculo para la formación
localizada de algún orden respetuoso de la segunda ley de la termodinámica.
Un sistema al expandirse aumenta
su capacidad entrópica, de manera que el valor de su entropía máxima va
alejándose progresivamente del valor máximo que tenía en un comienzo. Es decir
en un sistema en crecimiento o expansión, el valor de su entropía va estando
cada vez más lejos de su máximo.
En el momento anterior al Big
Bang, la entropía del universo era máxima y su tamaño o volumen era mínimo.
Conociendo el diámetro aproximado actual del universo y el tiempo posterior al
Big Bang y sabiendo que se expande a la velocidad de la luz se puede estimar el
volumen que tenía el universo en el momento del Big Bang.
El universo se encontraba en un
completo desorden, en un estado de caos, sin ninguna estructura ni
organización. Después de la gran explosión o Big Bang, el universo empezó a
expandirse a la velocidad de la luz, a aumentar progresivamente la capacidad de
la entropía o desorden y a permitir por tanto la formación de estructuras y
organizaciones.
TERCERA LEY DE TERMODINÁMICA
Con respecto al orden y desorden
de los cuerpos cristalinos en función de la temperatura no hay que olvidar que
la tercera ley de la termodinámica dice que "Los cuerpos cristalinos se
desordenan cuando se calientan, pero se ordenan a medida que se enfrían. Otra
ley nos informa que los gases al expandirse se enfrían y al comprimirse se
calientan.
LA TEORÍA DEL DISEÑADOR Y CREADOR
Los creacionistas afirman que
dios primero diseñó y luego creó el universo. Los científicos afirman que antes
del Big Bang el universo era un agujero negro en completo caos y que después de
esta gran explosión se fue expandiendo y adquiriendo un orden complejo. Si hubo
un diseñador y creador del universo antes del Big Bang, no dejó huellas de su
existencia, por lo que igualmente se puede decir que pudo o no haber existido.
No es sustentable científicamente el universo inicial descrito por las
religiones: Un universo diseñado y creado con un tamaño y otras características
constantes.
¿POR QUÉ HAY ALGO EN VEZ DE NADA?
Lograr un vacío absoluto es
imposible. Alcanzar un vacío cada vez mayor necesita de un aumento exponencial
de energía. Esto nos hace ver que en general es más fácil que exista algo a que
no exista nada.
DE DONDE SALEN LAS LEYES DE LA FÍSICA
Los físicos inventaron modelos
para describir el comportamiento del universo. Estos modelos se basan en
principios generales tradicionalmente llamados leyes. Para que un principio
natural sea objetivo y universal, tiene que estar formulado de tal manera que
no dependa de alguna circunstancia como, posición, dirección, o tiempo en el
espacio. Las leyes físicas son inherentes a la materia o energía, no han sido
impuestas por algún dios, como se dice de los diez mandamientos.
INTERVENCIÓN DE UN DIOS EN EL COSMOS
Muchos acontecimientos celestes
inesperados se aceptaron como milagros al comienzo de la historia humana. Los
fenómenos astronómicos espectaculares que antiguamente se consideraron hechos
sobrenaturales, han sido explicados y calculados por la ciencia como fenómenos
presentes con alguna regularidad. Entre ellos se cuentan los eclipses y los
cometas.
El eclipse total del sol en el
año 585 a.C. en Asia menor terminó con una batalla entre Medas y Lidios, que
huyeron despavoridos. Sin embargo, este eclipse parece haber sido el primer
fenómeno predicho científicamente por Tales de Mileto en base a registros
babilónicos. Posteriormente se logró establecer como fecha exacta de este
eclipse el 28 de mayo del año 585 a.C.
Los eclipses bastante
infrecuentes se repiten sin embargo y siguen las leyes físicas al igual que los
fenómenos más familiares a la experiencia humana, como la salida y puesta del
sol, y las fases de la luna.
EL COMETA HALLEY
Edmund Halley usando la mecánica
newtoniana de su amigo contemporáneo predijo que el cometa visto en 1682
volvería en 1759 y seguiría apareciendo cada 66 años.
Hasta la fecha ni con los
instrumentos astronómicos más sofisticados se ha podido captar acontecimientos
que puedan describirse como milagros cósmicos.
UN SILOGISMO TEOLÓGICO
1. Todo lo que empieza a existir
tiene una causa.
2. El universo empezó a existir.
3. Por lo tanto, el universo
tiene una causa.
En verdad lo anterior no se trata
de un silogismo sino de un sofisma, es decir, un argumento aparente con que se
quiere defender o persuadir algo falso. Las dos premisas son falsas de acuerdo
con la primera ley de la termodinámica de la conservación de la materia o
energía. La materia o energía no se crea ni se destruye, solamente se
transforma. Cuando alguna premisa es falsa, la conclusión también es falsa, y
en este caso ambas premisas son falsas.
LA MUERTE Y EL APOCALIPSIS
Para que la sociedad afectada
conozca las circunstancias y las razones que llevaron a que se perpetraran las
violaciones, genocidios, crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra,
torturas, ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas. Para que se
garantice que no se repetirán, y se reconozca y preserve la experiencia
colectiva de los crímenes sufridos:
Esclarecer, en la medida de lo
posible, los hechos relativos a las violaciones de derechos humanos ocurridas
en el pasado. Amnistía Internacional.
Ian McEwan (1948- ). Novelista y
guionista británico activo en la frontera entre lo cotidiano y lo místico. Poco
tolerante con la invocación de lo sobrenatural. Con inteligencia fría y lúcida
aborda la historia y mistificación de lo apocalíptico, y la tristísima pulsión
de muerte que asecha bajo cualquier sumisión a la fe.
LA MUERTE INDIVIDUAL
Al mirar escenas multitudinarias
en exposiciones fotográficas de siglos pasados reflexionamos que las personas
de esas imágenes cumplieron su ciclo vital y ya no existen, están muertas.
Llama la atención sin embargo el curioso ajetreo con que todas las personas
tratan de ignorar el hecho de que tienen que morir. Se ha dicho que las fotografías
atestiguan la inocencia y vulnerabilidad de la vida que va siempre hacia su
propia destrucción. Son el inventario de la mortalidad. Muestran a la gente en
un lugar y a una edad irrefutable de sus vidas. Agrupan momentáneamente a
personas y cosas, que luego se separan y siguen el curso de sus respectivos
destinos. Lo mismo pasará con alguna fotografía de algún grupo nuestro
observada en el futuro. El observador verá en ella personajes desaparecidos,
entrañablemente anticuados, imbuidos de la importancia de sus propias
inquietudes, completamente ignorantes de la fecha y circunstancias de sus
muertes.
Estamos acostumbrados a
reflexiones sobre la muerte individual: Es un hecho desconcertante cuando se
trata de niños, reaparece como trágica realidad inaceptada por todos en su
alrededor, tiene un borroso significado en el ajetreo de la madurez antes del
regreso brusco y premonitorio al sueño eterno, es la extinción a la que siempre
vamos y en la que definitivamente nos perderemos. Nada más terrible, ni nada más
cierto, es el no estar aquí, ni en ningún otro sitio.
En las religiones se han creado
consuelos para hacernos creer que no moriremos. Aceptamos la muerte en la
literatura y en el arte como una tensión creativa y paradójica, como una
premisa para intentar hacer sobrevivir lo representado, lo amado o celebrado,
que no puede durar. De ella no se conoce la fecha de defunción, solo ciertos
márgenes de posibilidad biológica.
LA MUERTE COLECTIVA FINAL
Más difícil es determinar el
momento y las circunstancias de la defunción colectiva de lo que haya de
humanos, al final de la civilización, del proyecto humano. Puede suceder en
este siglo o en miles de años, producirse silenciosa, discretamente de manera imperceptible.
Ante la imposibilidad de conocer con certeza la fecha de ese final, muchos han
tratado de ubicarla al final de cada siglo. Desde que se conoce la escritura,
se ha registrado historias fascinantes que predican el cómo y el cuándo de
nuestra destrucción a escala total. Estas historias como final de la vida en la
tierra, de los últimos días, del fin de los tiempos o del apocalipsis, están
asociadas con ideas de castigo divino y de redención final. Son creídas por
muchas personas con fervor.
EL PENSAMIENTO APOCALÍPTICO
Los movimientos apocalípticos
contemporáneos, cristianos e islámicos, con la fantasía común de un final
violento de la humanidad, han incidido profundamente en la política mundial.
El pensamiento apocalíptico es:
Demonizador, al despreciar a
otros grupos y religiones por adorar a otros dioses para ellos falsos. Estos
infieles no serán salvados del fuego del infierno.
Totalitario, con ideas
inmodificables y totalizantes, basadas en anhelos y creencias sobrenaturales,
inmunes a pruebas en su contra y protegidas contra implicaciones de nuevos
conocimientos.
Con episodios patéticos y cómicos
de anticristos, bestias, babilonias, rameras, juicio final y redención al
reescribir constantemente el futuro.
Repetidor, de las predicciones sobre
el juicio final. Durante más de quinientos años se viene proclamando una fecha
sin que haya sucedido nada.
Tradicionalista, ha mantenido la
fantasía apocalíptica judaica, primero en el pueblo judío, luego en los
cristianos, pueblos que se han considerado sucesivamente los elegidos de dios,
únicos con la posibilidad de salvación. Esta idea, causante del racismo
contemporáneo, ha sido tan atractiva y ha estado tan arraigada en desposeídos y
desequilibrados, que ninguna represión oficial ha sido capaz de erradicarla.
Creador, del anticristo como
figura de un hombre simple, que llega a lo más alto, y que bajo su apariencia
virtuosa esconde un poder satánico. Durante los cinco siglos estudiados por
Cohn, y en nuestros días esta figura corresponde a la del papa.
Capacidad de adaptación sin
límites. Su contenido ha tenido un atractivo perenne y fascinante. Cristóbal
Colón en una carta de su primer viaje, cuando arribó al archipiélago de las
Bahamas, dice entre otras cosas, que Nuestro Señor lo hizo conquistador del
nuevo cielo y tierra profetizados por san Juan en el Apocalipsis. Cristóbal
Colón cuando tocó tierra en América, creyó haber sido implicado en los planes
de dios para el reinado milenario en la tierra, creyó que por predestinación
había encontrado el paraíso terrenal prometido en el Apocalipsis.
MUCHEDUMBRES APOCALÍPTICAS
El magistral libro, en Pos del
milenio, escrito por Norman Cohn, a mediados del siglo XX, trata sobre los
movimientos apocalípticos en el norte de Europa durante los siglos XI a XVI.
Estas sectas fueron dirigidas por algún profeta carismático de la clase
artesana o de los desposeídos. Se inspiraron en el Apocalipsis y estaban
obsesionadas con la idea de un final total inmediato, precedido de masacres de
judíos, curas y terratenientes, y seguido por el establecimiento definitivo del
reino de dios en este mundo.
Eran muchedumbres fanáticas
compuestas por decenas de miles de desposeídos, que vagaban famélicas de ciudad
en ciudad, sin lugar fijo llenas de locas esperanzas e intenciones asesinas.
Sus bandas eran reprimidas por las autoridades seculares y eclesiásticas con
violencia apabullante. Transcurridos algunos años, o una generación, aparecían
nuevos líderes con ligeras diferencias en su discurso.
Conviene recordar que muchedumbres
nómadas fueron también las que siguieron a las Cruzadas y que sus víctimas
fueron judíos y musulmanes.
EL APOCALIPSIS Y LOS ESTADOUNIDENSES
Estados Unidos primera potencia
mundial, responsable del 80% de la investigación científica total, muestra al
mundo en encuestas sobre convicciones religiosas aproximadamente los siguientes
resultados:
90% de los estadounidenses no han
dudado nunca de la existencia de dios y están seguros de ser llamados a
responder por sus pecados en el juicio final.
53% son creacionistas y están de
acuerdo que el universo fue creado por dios hace unos 6000 años.
44% están seguros de que antes de
cincuenta años regresará Jesús a juzgar vivos y muertos.
12% están convencidos de que la
tierra ha evolucionado por selección natural sin intervención de alguna
instancia sobrenatural.
Para los estadounidenses la
profecía bíblica del juicio final consiste en un mundo purificado por
catástrofes antes de ser redimido, sin conflictos y convertido completamente al
cristianismo antes del regreso de Jesús. El interés por esta profecía es más
fuerte en Estados Unidos, que en cualquier otro lugar del mundo y afecta a
millones de personas, desde grupos marginados, de nivel educativo y económico
bajos, hasta universitarios, élites y cumbres de poder. No hay que olvidar que
el presidente Reagan estuvo preocupadísimo porque faltaban pocos días para el
juicio final, y esta oleada de inquietud recorrió todo el mundo en 1984.
Los resultados de las encuestas
sobre las profecías apocalípticas siempre despiertan escándalos o aspectos
placenteros y excitantes. Entre los encuestados hay ateos que niegan
categóricamente la existencia de un dios. Hay teístas que se declaran
convencidos de que la Biblia es la palabra literal de dios. De ella, para
algunos se derivan todos los preceptos morales válidos y los pensamientos en
términos generales de amor, comprensión y perdón. Para otros, de ella proceden
la esclavitud, la limpieza étnica, el infanticidio, el genocidio, ordenados por
el dios celoso del Antiguo Testamento.
EL CEREBRO Y EL PENSAMIENTO APOCALÍPTICO
El cerebro es muy hábil para
involucrarnos de un modo inmediato en temas completamente contradictorios. La
misma persona puede pasar del temor por la inmediatez del juicio final a la
alegría de los buenos resultados de un plan de ahorro a largo plazo. De ordenar
medidas contra una inundación actual, a sugerir acciones para evitar
contaminación ambiental a largo plazo. De rechazar en una reunión escolar la
introducción en el pensum del tema de la selección natural y de protestar en un
consejo comunitario siguiente la difusión de ideas creacionistas.
EL APOCALIPSIS
El Apocalipsis es el último libro
de la Biblia, el más raro y escabroso, tan importante ahora en Estados Unidos
como lo fue en Europa en el Medioevo. Apocalipsis es una palabra de origen
griego que significa revelación. Aunque esta palabra se usa como sinónimo de
catástrofe, es la descripción literaria del escritor Juan de Patmos de lo que
supuestamente le reveló un ser sobrenatural. Entre los siglos II a.C y I d.C.
hubo en la tradición judía cientos de videntes como Juan de Patmos. En el siglo
II d.C. todos los demás Apocalipsis fueron prohibidos por la autoridad canónica
cristiana. El de Juan de Patmos sobrevivió, porque hasta entonces se creía que
el autor había sido Juan el discípulo amado de Jesús.
Seguramente muy distinta hubiera
sido la historia de Europa y América, si el Apocalipsis no se hubiera incluido
en la Biblia como estuvo a punto de ocurrir.
La escritura de la Apocalipsis ha
sido fechada entre los años 95 y 96 d.C. con motivo de la persecución de los
cristianos por el emperador romano Domiciano. Sobre su autor Juan de Patmos solo
se sabe con certeza de que no se trata del apóstol Juan.
Se ha visto el Apocalipsis como
un repaso de la historia humana, en cuya última fase siempre nos encontramos.
Lo más probable es que el objetivo general de la obra fuera dar esperanza y
consuelo a los fieles, mediante la certeza de que sus tribulaciones pronto
llegarían a su fin con el triunfo definitivo del reino de dios.
Una opción especialmente
importante para los Estados Unidos de posguerra ha sido ver este libro como el
relato exclusivo de los últimos días de la humanidad.
La tradición protestante
identificó durante siglos como el Anticristo del Apocalipsis, primero al Papa,
luego a la Unión Soviética, a la Unión Europea, al laicismo y a los ateos.
Algunas sectas protestantes han identificado como fuerzas satánicas del Apocalipsis
encargadas de retrasar el juicio final, a aquellas que siembran concordia entre
los pueblos. Organizaciones internacionales que trabajan por la conciliación
internacional, como las Naciones Unidas y el Consejo Mundial de Iglesias.
Fraternalmente
Dr. Luis Romero Yahuachi